José Manuel Roas Triviño, Premio CEU Fernando III de Excelencia Deportiva: “El sufrimiento no es incompatible con ser feliz”

José Manuel Roas Triviño, profesor y padre de cinco hijos, recibió el Premio CEU Fernando III de Excelencia Deportiva, otorgado por la Universidad CEU Fernando III en la última edición de estos galardones, que tienen como objetivo poner en valor los méritos de personas, empresas e instituciones en diferentes ámbitos, reconociendo su contribución al bien común.

Uno de sus hijos, Pablo, nació con el síndrome de West y tiene parálisis cerebral. Con él participa en maratones, empujando su silla de ruedas, recibiendo el aplauso de todos los que contemplan la carrera y los ven atravesar la meta.

José Manuel Roas recuerda que recibió con gran sorpresa y agradecimiento la noticia de que recibiría dicho galardón. “Al fin y al cabo, aquí lo único que hay aquí es un padre que tiene la suerte de compartir una afición con su hijo. Nos parece increíble que una actividad tan sencilla como salir a correr un poco, que empezó -y sigue siendo- puramente familiar, haya pasado a la esfera pública. Hay ahí un salto que siempre nos ha llamado la atención, como si nuestra historia familiar se nos escapara un poco de las manos y alguien la condujera fuera de las paredes de nuestra casa”.

A este respecto, explica que “Pablo se ha transformado para nosotros en un potente candelero desde el que tantas veces es imposible pasar desapercibidos. Porque viene a representar todo aquello que nos da miedo, que no queremos. Si a Maite y a mí nos hubieran preguntado cuando nos casamos sobre lo que nos gustaría evitar en la vida que íbamos a empezar a compartir, no sé qué habríamos contestado, pero, a buen seguro, pediríamos no tener un hijo con discapacidad. Eso seguro”.

Sin embargo, contar en su familia con su hijo Pablo les ha permitido “entender que el sufrimiento no es incompatible con ser feliz, que el vivir bien es mucho más que el mero hecho de no tener problemas o dificultades, y que no hay satisfacción mayor que la de servir a otro, entregarse a otro… Que hayamos pasado del miedo al estar agradecidos por el lote que en esta vida nos ha tocado vivir es algo fabuloso. Si nos lo cuentan, sencillamente no lo habríamos creído, porque nadie (¡nosotros tampoco!) está preparado para tener un Pablo».

En este sentido, insiste en que «si a través de nosotros, que poco tenemos de especiales y mucho de corrientes, otros pueden percibir que otro modo de vivir es posible (pienso en especial en mis alumnos, con quienes trato día a día), que no hay que huir del sufrimiento, que ser feliz nada tiene que ver con ese cuadro -horrendo- que el mundo nos pinta hoy como ausencia de toda dificultad, nuestra vida cobra una nueva dimensión. Si a través de Pablo se ve que lo imposible se ha vuelto posible, que Dios existe y nos ayuda en lo concreto de cada día, su vida tiene aún más sentido si cabe”.

«Solo se progresa si se camina en la dirección adecuada«

Respecto a la puesta en marcha de la cuarta universidad de CEU en España, la Universidad CEU Fernando III, señala que “En un mundo tan carente de valores, esta universidad me parece un baluarte imprescindible, porque no todo el caminar es progresar: solo se progresa si se camina en la dirección adecuada. Y hoy, más que nunca, resulta imprescindible iluminar los conocimientos y los avances y ponerlos al servicio del hombre, pero del hombre total, sin distorsiones ni reducciones. Y en esto, el cristianismo tiene respuestas absolutamente válidas para el hombre de hoy”.

Por esta razón, insiste en que “el hecho de que esta universidad abra sus puertas supone acercar una posibilidad real a muchos de formarse de una forma diferente: no solo en los necesarios conocimientos, sino también en el verdadero sentido del conocimiento y del trabajo que es el servicio al otro”.

Para finalizar, destaca que el hecho de que la Universidad CEU Fernando III haya premiado a José Manuel -y por extensión a toda su familia- es algo que les produce especial alegría. “Quiere decir que ha reconocido en nosotros los valores que desde CEU defienden y que, al fin y al cabo, hunden sus raíces en el reconocimiento de Dios como alguien que actúa en la vida de los hombres, como Aquel que da sentido a la vida de los hombres. Que Dios haya dispuesto que a través de nosotros otros puedan verlo a Él nos parece un verdadero privilegio, porque, sin duda, no hay mérito ni nada especial por nuestra parte”.