El equipo de Voluntariado de la Fundación San Pablo Andalucía CEU realiza el proyecto ‘Ángeles de la soledad’, con las Hermanitas de los Pobres en su asilo de Sevilla

El proyecto cuenta con tres alumnos semanalmente

SEVILLA (2023.03.10) Con motivo de la Cuaresma, la Dirección de Pastoral y Voluntariado de la Fundación San Pablo Andalucía CEU -dirigida por el P. Leonardo Sánchez Acevedo– presentará las diferentes acciones en las que su equipo de Voluntariado participa. Así, cada viernes de este tiempo litúrgico pasará a ser “Viernes de Misericordia”, dando a conocer la importante labor de los alumnos de CEU Andalucía. Gracias a su participación, colaborando con distintas instituciones, se forman de manera integral tanto a nivel académico como en valores basados en el humanismo cristiano.

Uno de ellos es el proyecto que Daniel Alejandro Quijano Romero -2º del Grado en Educación Primaria del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola CEU-, Alfredo Caro Rus -4º de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte- y Myriam de las Mercedes Cantos Alba -1º Educación Infantil- llevan a cabo cada semana en la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres de Sevilla.

Se encuentra en la calle Luis Montoto, con la misión de acoger y cuidar a los ancianos necesitados hasta su muerte con la dignidad que requieren. Así, los alumnos del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola CEU comparten con los ancianos dos horas y media semanales cada jueves -de 17.00 a 19.30 horas- en las que pasean, charlar y acompañan a los residentes. Además, bajo la supervisión de la fisioterapeuta del centro, los voluntarios realizan prácticas deportivas adaptadas.

La Fundación San Pablo Andalucía CEU ofrece a todos sus alumnos la oportunidad de trabajar por una sociedad mejor. Así, Myriam apunta que “el voluntariado me ha hecho crecer en todos los niveles durante toda mi vida. En el Asilo de Ancianos de las Hermanitas de los Pobres he aprendido el valor del acompañamiento, la ternura, la sabiduría y el respeto por solo un pequeño gesto de cariño como un abrazo”. Por su parte, Daniel añade que “los ancianos siguen queriendo ser escuchados y contar su experiencia, sus inquietudes o sus gustos. Son la personificación de una fuente de conocimiento”. Además, Alfredo, el último en incorporarse, señala que “estoy deseando empezar para, gracias a mis conocimientos, poder ayudar a estas personas a mejorar su calidad de vida”.