El proyecto Exlibris llega al Colegio CEU San Pablo Sevilla, de la mano de su impulsor, Diego Blanco

El escritor y productor de televisión ha ideado este sistema que tiene como objetivo ayudar a los niños y jóvenes a canalizar sus emociones a través de la literatura

SEVILLA (2022.05.23) Diego Blanco, escritor y productor de televisión, visitó CEU Andalucía para compartir su proyecto Exlibris con alumnos de 6º de Educación Primaria, ESO y Bachillerato del Colegio CEU San Pablo Andalucía.

Asimismo, tuvo la oportunidad de presentarlo en la Fundación San Pablo Andalucía CEU ante el vicepresidente de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, Juan Jurado, la directora académica del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola, Beatriz Hoster, parte de su equipo docente y el director de Pastoral de CEU Andalucía, P. Leonardo Sánchez.

Se trata de una iniciativa que ya se había puesto en marcha en otros colegios CEU y que tiene como objetivo “a través de varias sesiones, ayudar a los niños y jóvenes a detectar la depresión y otros problemas emocionales y combatirlos a través de la lectura de buenos libros. Incluye tutorías para guiarles, y reforzar su carácter y personalidad:  ayudarles a entender que no pasa nada porque algún día sufran un poco”, explica Diego, promotor de esta acción.

En su intervención ante los profesores de Cardenal Spínola, explicó que “la pandemia ha motivado que salgan a la luz un mayor número de problemas relacionados con la salud mental. No quiero decir que antes no existieran, sino que ahora -tras lo vivido- somos más conscientes de ello. Y este problema se agudiza en lo relativo a los jóvenes”.

El escritor apuntó a que “vivimos en una crisis de sentido, no le encontramos sentido a las cosas que pasan y mucho menos al sufrimiento. Además, todo ello se enmascara con el uso de las redes sociales, donde solo se comparte la felicidad y muchos de los momentos que ahí aparecen no se corresponden con la realidad”.

Por otro lado, criticó que la sociedad está convencida de que “todo depende de la actitud que se tiene ante la vida y eso no es del todo cierto. Hay circunstancias y entornos que lo condicionan todo y por mucho que uno sea optimista hay realidades que no se pueden cambiar y debemos estar preparados para ello y no frustrarnos cada vez que haya un contratiempo”.

En este punto es donde aboga por “tirar de literatura, de personajes que viven determinadas situaciones y de las enseñanzas que podemos extraer de ello”.

En este sentido, señaló que “lo primero que yo les planteo a quienes asisten a mis sesiones es si se consideran autores o protagonistas de su vida. Les convenzo de que son protagonistas, ya que si fueran autores podrían cambiar cualquier cosa que no les gustase. Los creyentes tomamos conciencia de que es Dios quien escribe nuestra vida, quienes no creen aluden a fuerzas de la naturaleza o a otros elementos. En cualquier caso, se relajan al comprender que no recae en ellos la responsabilidad de crear su propio argumento”.

Una vez explicado este punto, recalcó que hay tres elementos fundamentales para que una historia funcione: personaje, escenario y argumento. “Cuando leemos un libro y vemos que la historia se complica, confiamos en que el autor resolverá la trama. Esa es la confianza que debemos poner en Dios, si nuestra vida depende de Él todo está bien”.

Para concluir, destacó que “la literatura actual ha cambiado el rol de los personajes: los que antes eran malos hoy representan lo bueno y, desgraciadamente, te es más fácil identificarte con ellos. Por tanto, es fundamental comprender qué significan realmente los cuentos y qué transmiten sus personajes para poder calibrar el efecto que va a tener en quien los escucha”.