SEVILLA. “El voluntariado es una forma de contribuir a la sociedad, de dar a los demás aquello que pueden necesitar. Tan sólo se necesitan ganas, ilusión y tiempo”. Así explica la alumna Paula Ramírez Rivero lo que para ella significa el voluntariado, actividad que ha conocido gracias a sus estudios en el campus universitario CEU Andalucía.

Actualmente cursa 2º curso del grado en Educación Infantil en el CES Cardenal Spínola, y desde que entró en el campus tuvo claro que parte de su tiempo debía y quería estar ayudando a quienes más lo necesitan. “Comencé el voluntariado a través del Proyecto Campus Inclusivo que coordina el profesor Zacarías Adame quien nos invitó a participar”, explica Paula, “y recuerdo que cuando le pedí permiso a mi profesora lejos de decirme que no podía faltar a clase me animó intensamente”.

Además de este proyecto, Paula comenzó a colaborar con la Fundación Nuestra Señora del Rocío de Triana, que por aquel entonces esbozaba para dar forma a un proyecto de inclusión social dirigido a personas con discapacidad intelectual. Aquel proyecto es candidato a los Premios al Voluntariado Universitario que otorga la Fundación Mutua Madrileña. “La experiencia ha sido y sigue siendo increíble. Es muy gratificante ver cómo mejorar día a día y cómo van superándose a ellos mismos. Ellos te enseñan a ver lo importante de la vida”.

La Fundación Nuestra Señora del Rocío de Triana inició su actividad en 2010 con la intención de cubrir la necesidad que se percibe desde la Hermandad del Rocío de Triana para apoyar a personas adultas con discapacidad intelectual, un colectivo con especiales dificultades para ejercer su autonomía, con el objetivo de permitir su desarrollo personal y social, con la intención última de mejorar su calidad de vida. Es en este contexto en el que surge el proyecto Objetivos Compartidos, con la colaboración de alumnos y alumnas de dos universidades de la provincia de Sevilla.

 

¿Para qué trabaja ‘Objetivos compartidos’?

El objetivo fundamental del Programa ‘Objetivos Compartidos” es que las personas usuarias del centro puedan alcanzar una mayor autonomía que les permita lograr su independencia personal y una mejor calidad de vida, compartiendo el proceso y las metas con personas universitarias. “Este programa supone un conjunto de experiencias novedosas en el marco de la inclusión social para la mejora de la autonomía personal y social de los usuarios de la Fundación que ya se vienen desarrollando desde el curso escolar 2014/15 y que se van a desarrollar a lo largo de cuatro años, tratando que las personas que forman parte de él a lo largo de los años, puedan servir de apoyo a las personas que inician por primera vez el Programa”, explica Paula.

Una vez desarrollada la primera fase, que se mantiene a lo largo de los cuatro años, para seguir fomentando las relaciones entre los colectivos participantes, acaban de iniciar la segunda fase del proyecto en la que se pretende que el voluntariado apoye a las personas con discapacidad intelectual a la adquisición de habilidades de la vida diaria. Es por ello por lo que solicitan apoyo económico para poder llevar a cabo la programación establecida y cumplir los objetivos de esta, y las siguientes fases del Programa.

“Regalar un poco de tu tiempo a otras que lo necesita…lo recomiendo 100%”

“Cuando empiezas a hacer voluntariado nunca quieres dejarlo, es decir, la recompensa es tan grande que se vuelve algo necesario en tu vida. Aunque pueda sonar tópico, la frase ‘recibes mucho más de lo que das’ se cumple». Gracias al voluntariado Paula y sus demás compañeros están siendo testigos de otras realidades, otras situaciones que les hacen crecer como personas.

“Mediante el deporte y el ocio, acercamos y creamos lazos entre los voluntarios y los pacientes, ayudándoles adquirir habilidades para su vida cotidiana, fomentado el manejo de nuevas tecnologías que apuesten por la formación y el empleo para ellos y trabajando la independencia en pisos compartidos con estudiantes. Y todo ello orientado a ayudar que la persona alcance su máxima autonomía”, explica Paula cuando le preguntamos cómo funciona “Objetivos Compartidos”. Para ella este proyecto ha significado un paso enorme, no sólo por la autonomía que ayuda a alcanzar, sino por mostrar a la sociedad las necesidades de este colectivo. “El cariño después de dos años es muy grande y me emociona ver como continúan progresando”.

A pocos días de conocer el fallo del jurado de los Premios al Voluntariado Universitario de Mutua Madrileña, Paula y sus compañeros están muy orgullosos de haber sido seleccionados entre los 103 proyectos presentados. “Si ganamos este premio va a mejorar la vida de los usuarios y va acercarnos a nuestro objetivos, dándonos la oportunidad de seguir buscando los medios para desarrollar el programa.

 

“Nunca pensé que estudiar en CEU Andalucía me aportaría tanto”

En la actualidad, Paula cursa 2º curso de Educación Infantil en el CES Cardenal Spínola y este año, en el marco de la XIX Noche de San Pablo, ha recibido el Premio al Mejor Expediente del curso 2014-2015. “Nunca pensé que estudiar en este centro me aportaría tanto; me ha abierto las puertas al voluntariado, los profesores están muy comprometidos con su trabajo y me llevo a unas compañeras que me hacen crecer como persona y como futura maestra”.

Paula no obtuvo plaza en la universidad que buscaba, y dos años después reconoce que volvería a elegir estudiar en CEU Andalucía. “Cuando hice primero, se disipó por completo la intención de irme a otra universidad. Una de las cosas que más me gusta de CEU Andalucía es que busca la formación integral de sus estudiantes, poniendo a nuestra disposición los recursos y formación adicional”.

En su tiempo libre le encanta el ballet y montar a caballo, de la que asegura tiene mucho que ver con la docencia. “Montar a caballo requiere meterme en la mente del caballo para acercarte a él de la mejor manera, al igual que trabajar para buscar y conocer los intereses de los alumnos para cubrir sus necesidades”. Y junto a ellas, el voluntariado. “Plantearse cuáles son las barreras para colaborar con los demás, y si realmente esas barreras existen o son una excusa. Por muy ocupados que estemos siempre hay tiempo para compartir”, concluye.