Entrevista a Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la ACdP y del CEU, en Alfa & Omega: « La base cristiana de nuestra civilización es atacada, hay que ser consciente y hay que ser esa Iglesia en salida que pide el Papa Francisco»

SEVILLA (2021.11.11) La revista Alfa & Omega publica una entrevista al presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y del CEU, Alfonso Bullón de Mendoza, con motivo de la celebración de la 23ª edición del Congreso Católicos y Vida Pública, que se celebra en Madrid del 12 al 14 de noviembre y que ya cuenta con más de 700 inscritos que lo seguirán vía online -además de las 150 personas que asistirán de forma presencial-.

Foto Europa Press/Gustavo Valiente

En ella, Alfonso Bullón de Mendoza expone los temas que se abordarán en las jornadas, principalmente las libertades que se encuentran en peligro debido al clima de corrección política que impera en la sociedad actual.

Enlace a la entrevista

Celebran el XXIII Congreso Católicos y Vida Pública con el tema Corrección política: libertades en peligro. ¿Qué libertades están amenazadas?

Hablamos de la cultura de la cancelación: cuando planteas algo que se considera que no es políticamente correcto, eres cancelado y se te prohíbe promover tus mensajes en determinadas redes.

¿Lo han vivido?

Sí. En los últimos tiempos hemos hecho mucho hincapié en la defensa de la libertad de educación y en la defensa de la vida. Dentro de poco vamos a empezar una campaña en contra de la cancelación, imaginativa y bien pensada.

¿En qué otros ámbitos ve esta dinámica?

En todos lados. Está siendo refrendada por disposiciones legales como la prohibición de ir a rezar delante de una clínica abortista o con la Ley de la Memoria Histórica. Y en el mundo educativo lo vemos con las ideas de género, como las Matemáticas con perspectiva de género.

¿Qué es lo más políticamente incorrecto que le gustaría decir?

[Se ríe] La doctrina social de la Iglesia es políticamente incorrecta. Nosotros la compartimos plenamente y eso es una incorrección política difícilmente superable porque, claro, toca todos los campos. 

¿Invitaron al presidente de los obispos de Estados Unidos porque van siempre un paso por delante?

En Estados Unidos se lanzan muchas de las cosas que están llegando ahora a España. En el clásico Dios y el hombre en Yale, William F. Buckley Jr –que luego impulsó la National Review– plantea que, aunque los fundadores querían una universidad que creara buenos cristianos, lo que conseguía era que gente con sanos principios acabara con los principios contrarios.

Señala Gómez que esta «pseudorreligión woke» nos compartimenta, subrayando más la diferencia que lo que nos une, y así no florece lo humano.

Como la lucha de clases que planteaba el marxismo no ha funcionado, la han llevado a todos los ámbitos. Hoy se buscan elementos de confrontación que no ayudan a agregar la sociedad, sino a disgregarla. Gramsci incidía en que lo importante es hacerse con la hegemonía cultural y que lo demás vendrá por añadidura.

¿Le gusta hablar de guerra cultural?

La base cristiana de nuestra civilización es atacada, hay que ser consciente y hay que ser esa Iglesia en salida que pide el Papa Francisco. Nuestras ideas siguen siendo válidas y hay que ponerlas en diálogo con el resto de la sociedad. Es importante que los principios se defiendan con un talante de diálogo. Hay que tratar de argumentar bien, de decir las cosas de la manera que ofendan lo menos posible, sin que ello suponga que renuncies a lo que no puedes renunciar.

“La «cultura woke» o la de la cancelación, la lucha politizada por la justicia social y otras ideologías como las identitarias son «peligrosos sustitutos de la verdadera religión». Alimentadas por «intenciones nobles», en realidad «no pueden promover el auténtico florecimiento humano» porque niegan a la persona humana. De hecho, «están provocando nuevas formas de división», discriminación e injusticia. Lo afirmó el día 4 José H. Gómez, presidente de la Conferencia Episcopal Estadounidense, al presentar el Congreso Católicos y Vida Pública.

El también arzobispo de Los Ángeles subrayó que, para abordar estos fenómenos, es necesario entenderlos «como pseudorreligiones, e incluso como reemplazos y rivales» de las tradicionales. Como ellas, ofrecen una explicación del sentido del mundo, su propia «historia de salvación» y «la sensación de pertenencia a una comunidad». Pero ignoran la dimensión trascendente y están «arraigadas en una visión cultural marxista» con rasgos de maniqueísmo, gnosticismo, pelagianismo o utopismo. La respuesta a esta realidad «es sencilla: necesitamos proclamar a Jesucristo», y hacerlo «audazmente, con creatividad», narrando nuestra historia de salvación «de una manera nueva»”.

FIDES recoge un descenso de los católicos en Europa frente al aumento en África, América y Asia. ¿Cómo recuperar la fuerza del Evangelio?

En los países en los que el cristianismo está en auge ha habido una evangelización reciente: el Evangelio es tu vía hacia la salvación y la gente lo tiene claro. Aquí, como es algo más tradicional, más heredado, se aprecia menos y se vive mucho menos. El Papa plantea la necesidad de no quedarse retraído y evangelizar.

Eso empieza con un encuentro con Jesucristo. ¿Nos falta rezar más?

Sí, y nos falta tener más clara la importancia que el Evangelio debe tener en nuestra vida, que no se trata solo de ir a Misa los domingos. Hyde, antiguo director del periódico comunista Daily Worker convertido al catolicismo, exponía que en el Partido Comunista británico eran 50.000 y creían que iban a cambiar el mundo y que, cuando pasó a formar parte de la Iglesia, 100 veces más numerosa, se veían como una minoría asediada… El catolicismo social tiene mucha más fuerza de la que se piensa, pero hay cierto elemento de dispersión; nos falta estar más juntos, tener más iniciativas.

¿Qué iniciativas ultima la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP)?

Acabamos de lanzar el periódico El Debate, que ha superado las expectativas; seguimos desarrollándonos en el mundo educativo, y no descartamos nuevas iniciativas en el mundo de los medios.

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