M. Ángeles Cascajo, profesora del CEP CEU Andalucía: “Con el COVID-19, las residencias pasaron de ser centros de bienestar social a espacios medicalizados sin suficientes recursos”

La profesora del Ciclo Superior en Integración Social analiza cómo ha afectado la pandemia a las personas mayores y cómo afrontan la “nueva normalidad” 

SEVILLA (2020.07.13) Las personas mayores conforman uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. Su vulnerabilidad ante la pandemia y los daños colaterales sufridos, han hecho que las residencias de mayores fueran especialmente golpeadas por una enfermedad desconocida por la mayoría hace apenas cinco meses. 

Para comprender mejor cómo ha sido la realidad de estos centros durante estos meses tan complicados, contamos con la ayuda de Mª Ángeles Cascajo Delgado, profesora del Ciclo Superior en Integración Social, donde imparte las asignaturas de Promoción Autonomía Personal y Social, Metodología Intervención Social, Atención Unidades de Convivencia, Formación en Centros de Trabajo y Tutoría. 

Las personas con diversidad funcional, patologías de base, comorbilidades (hipertensión e insuficiencia cardíaca, patologías respiratorias crónica, diabetes, entre otras) y personas mayores en general, han padecido especialmente los estragos del COVID-19, “cuyas consecuencias se tornan graves entre ellos”, explica la docente. 

“En los centros sociosanitarios y de una manera más patente en los centros residenciales de mayores, tiene lugar un mayor número de contactos físicos entre cuidadores y residentes, debido a las características físicas, cognitivas o emocionales de estos. El hecho de que exista una convivencia estrecha con otros residentes, compartir espacios como habitaciones dobles, comedor, salas de ocio -entre otras-, supone un mayor riesgo de contagio si no se toman las medidas de prevención y control encaminadas a prevenir la infección”, subraya. 

Respecto a cómo ha afectado a su funcionamiento en el día a día, Mª Ángeles Cascajo comenta que “la llegada repentina del coronavirus a los centros de mayores ha provocado el desbordamiento de estos. De ser centros de bienestar social, emocional, cognitivo y psicológico (con ambientes normalizados) han pasado a ser centros medicalizados, con residentes aislados, restricciones de áreas comunes y medidas de protección del personal. Han tenido que hacer frente a una situación de especial dificultad, prácticamente sin herramientas, dispositivos, material sanitario, ni personal suficiente”. 

Residentes y profesionales afectados 

En este sentido, manifiesta que “el contagio se torna elevado y la afectación, grave, teniendo como consecuencia un porcentaje elevado de mortalidad. Pero no sólo lo han sufrido los usuarios -insiste-, también los profesionales que los atendían han padecido contagios al no contar con las medidas de protección oportunas, ni la formación específica para atender este tipo de casos. Otro aspecto que se ha visto afectado en este ámbito, son los servicios de Unidades de Día, que han tenido que cerrar sus puertas, afectando a cientos de trabajadores y miles de usuarios que se veían beneficiados de estos servicios”. 

Sobre cómo afrontan las residencias de mayores la “nueva normalidad”, subraya que “las medidas de prevención y protección se hacen imprescindibles. Adicionalmente, los profesionales deberán adoptar nuevas conductas y nuevos protocolos de actuación, con idea de hacer frente a nuevos brotes o situaciones similares.  

En este punto, quiere destacar el papel que han desempeñado estos trabajadores, “quienes se dedican al sector sociosanitario suelen tener unas características muy especiales, y eso lo sabemos bien el profesorado que impartimos en el Ciclo Superior en Integración Social del Centro de Estudios Profesionales CEU Andalucía. Nuestros alumnos sueñen ser personas comprometidas con la sociedad, preocupadas por las desigualdades e injusticias e inquietas por mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables (mayores, menores, inmigrantes, mujeres, adicciones, entre otros). Como profesora de Integración Social, considero de vital importancia que los futuros profesionales de este sector sean ante todo personas íntegras y que muestren un compromiso real hacia la mejora de la sociedad”. 

Formación eminentemente práctica 

El Ciclo Superior en Integración Social (TSIS) habilita a los alumnos para ejercer su actividad profesional en el sector de los servicios dirigidos a personas en situación desfavorecida.  

Con un amplio enfoque formativo, el ciclo abarca desde el plano asistencial, educativo, de apoyo en la gestión doméstica y psicosocial, hasta el sector de los servicios a la comunidad. El objetivo es conseguir que los alumnos estén preparados para ofrecer atención a colectivos y personas en desventaja social, mediación comunitaria, inserción ocupacional y laboral, promoción de igualdad de oportunidades y defensa de los derechos de las víctimas de violencia de género y de sus hijos.  

Mª Ángeles Cascajo indica que “desde que el alumno entra en nuestras aulas, se fomentan las habilidades sociales, el trabajo cooperativo, la responsabilidad, el compromiso, el respeto hacia uno mismo y hacia los compañeros, la autoestima, la escucha activa… Todo ello de manera interdisciplinar, a través de los distintos módulos y, de manera muy concreta e individualizada, a través de las tutorías continuadas con nuestro alumnado. Este hecho hace que adquieran unos valores y unas competencias indispensables para ser un buen profesional en esta disciplina”. 

Imagen de archivo

“Desde CEU-Andalucía, ofrecemos a nuestro alumnado una formación integral donde la práctica y la resolución de conflictos ante distintas contingencias son pilares fundamentales. Es una realidad que cuando nuestros alumnos acceden en segundo curso a un centro de prácticas, sus tutores laborales agradecen la profesionalidad y el saber hacer de nuestros alumnos y eso se debe al trabajo de fondo que durante los dos años que dura el ciclo realizamos con todos ellos”, destaca Mª Ángeles Cascajo. 

“La formación DUAL que también se ofrece desde CEU Andalucía en el sector de la Integración Social, es un valor añadido a la preparación de nuestros futuros profesionales”, comenta. Gracias a esta modalidad formativa, el alumnado está en contacto directo con la realidad de un centro de trabajo desde el primer momento, con sus usuarios, trabajadores y responsables, “pudiendo llevar a cabo actividades y tareas del día a día de ese centro siempre contando con la supervisión de sus profesores y responsables del centro”, señala. 

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