Las XVIII Jornadas Católicos y Vida Pública de Sevilla concluyeron este jueves por la tarde con una profunda reflexión sobre el papel de la Inteligencia Artificial en el ámbito educativo, abordando los desafíos y oportunidades que esta tecnología plantea en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El Centro Cultural José Luis García Palacios de la Fundación Caja Rural del Sur acogió esta última sesión, en la que expertos en educación analizaron cómo la IA está transformando el modelo educativo y cuál debe ser su papel en la enseñanza.
IA y el futuro del aprendizaje
La jornada comenzó con la conferencia «La Revolución Educativa: IA y el futuro del aprendizaje», impartida por Mariano Real Pérez, profesor de Matemáticas y embajador del Aula del Futuro, y presentada por Beatriz Hoster Cabo, vicerrectora de Ordenación Académica de la Universidad CEU Fernando III. Durante su intervención, Real Pérez expuso las nuevas posibilidades que la IA ofrece en la enseñanza, desde la personalización del aprendizaje hasta el análisis de datos en tiempo real para mejorar el rendimiento de los estudiantes.



Sin embargo, también alertó sobre la necesidad de establecer límites y regulaciones que garanticen que la tecnología sea un apoyo y no un sustituto de la enseñanza tradicional, ni de la figura del docente. “Como educadores, sabemos que debemos preparar con las herramientas del presente al alumno que se integrará en el mercado del futuro”, reclamó. “¿Alguien pone en duda que nuestro alumnado no utiliza la IA?”, planteó, añadiendo que “como educadores debemos enseñarles a utilizarla dentro de una ética y unos valores; debe haber un cambio metodológico a la par que se produce ese cambio tecnológico”.

¿Maestros o máquinas? El papel de la IA en la educación
El debate continuó con la mesa redonda ‘¿Maestros o máquinas? El papel de la IA en la Educación’, moderada por Javier Sierra López, profesor y miembro de la Delegación Diocesana de Enseñanza, y presentada por Federico Jiménez de Cisneros, miembro de la Comisión Organizadora.

En el coloquio participaron Inés Prieto-Carreño Candau, profesora de Educación Primaria; Susana Castilla Bolea, profesora de Educación Secundaria; y Carolina Wisner Glusko, profesora de Derecho en la Universidad CEU Fernando III.



Durante el debate, se puso de manifiesto que, si bien la IA ofrece herramientas útiles para la enseñanza, el papel del docente sigue siendo insustituible. En este sentido, Carolina Wisner destacó: «La inteligencia artificial debe ser una herramienta para ayudar al docente, sobre todo en aquellas tareas más burocráticas, pero sin reemplazar la importante labor del profesor y el contacto humano. Como decimos en CEU: somos personas que cuidamos de personas y, por tanto, la ecuación robot no entra”.
Además, los ponentes coincidieron en la necesidad de que los educadores sean formados en el uso responsable de la IA, para poder aprovechar su potencial sin perder la esencia del aprendizaje basado en la interacción humana y los valores educativos. Así destacaron, por ejemplo, como la IA ha dado satisfacciones permitiendo una atención más personalizada a alumnos con necesidades especiales. Todas ellas coincidieron en su conclusión: “Inteligencia artificial sí, pero con pensamiento crítico”.
Clausura de las jornadas
Tras la mesa redonda, la jornada finalizó con la celebración de la Santa Misa en el Convento de los Carmelitas Descalzos del Santo Ángel, presidida por el sacerdote Miguel Ángel Núñez Aguilera, consiliario de la Asociación Católica de Propagandistas -ACdP- en Sevilla.


Con esta última sesión, las XVIII Jornadas Católicos y Vida Pública de Sevilla cerraron un foro de reflexión en el que, durante tres días, se ha analizado el impacto de la IA en distintos ámbitos de la sociedad desde una perspectiva ética y humanista. Una vez más, la Asociación Católica de Propagandistas, el CEU y la Archidiócesis de Sevilla, con la colaboración de la Fundación Caja Rural del Sur, han generado un espacio de diálogo y análisis sobre el papel de la fe y la ética en un mundo cada vez más digitalizado.