Teresa Jiménez Becerril impartió una conferencia en el Colegio CEU San Pablo Sevilla a alumnos de 1º de Bachillerato
Teresa Jiménez Becerril, adjunta primera al Defensor del Pueblo, visitó el Colegio CEU San Pablo Sevilla para impartir una conferencia a los alumnos de 1º de Bachillerato sobre lo que supuso el terrorismo de ETA para España no hace tantos años. En su intervención dejó claro que “siempre hay que buscar la concordia, pero sin olvidar nunca la memoria, la dignidad, la justicia hacia las víctimas, sin faltar a la verdad”.

Recordó algunos de los atentados con los que la banda terrorista buscaba alcanzar unos objetivos y que costaron la vida de centenares de españoles. Entre ellos, el que tuvo como víctimas a su hermano y su cuñada, que murieron una noche de enero de 1998, meses después de que la banda terrorista hubiera acabado con la vida de Miguel Ángel Blanco. Se lamentó cómo el terrorista Iñaki de Juana Chaos reaccionó ante ese asesinato, pronunciando unas palabras que aún hoy duelen profundamente: “En la cárcel, sus lágrimas son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia”.

Expuso también otros atentados, como el de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, que acabó con la vida de once personas -seis de ellas menores de edad-; o el de “los novios de Cádiz”, un guardia civil y su novia que fueron asesinados y cuya historia se refleja en el documental titulado 27 minutos, que fue el tiempo que el claxon estuvo sonando tras el tiroteo, “un intervalo en el que nadie salió a auxiliarlos en el pueblo de Beasain (Guipúzcoa)”, destacó la ponente.
Testimonio contra el olvido
Ante esta realidad, Teresa Jiménez Becerril, hizo hincapié en que es fundamental dar a conocer los hechos tal y como fueron, “ya que, hoy en día, muchos se empeñan en que lo olvidemos. Las víctimas podemos entender en un momento dado el miedo, pero no la indiferencia, lo que más daño nos hace no es la crueldad del opresor -que también-, sino la indiferencia de los espectadores”.

Al finalizar su intervención, varios alumnos le hicieron preguntas, interesándose por cuáles fueron los orígenes de ETA o agradeciéndole su testimonio, “ya que nos permite conocer mejor todo lo que pasó realmente”.
En este sentido, subrayó que “para mí, dar testimonio es una misión -ha llevado a cabo esta acción en varios colegios de CEU-. Está en juego el relato, la verdad. Los terroristas quieren que olvidemos lo que vivimos y es importante impulsar acciones como esta charla, dirigida a alumnos que no vivieron el terror de ETA. Que os quede claro que no había una guerra, ni bandos: había víctimas y verdugos. Por eso, nos resulta inadmisible tolerar homenajes a los etarras, como los que tienen lugar cada año en sus pueblos por cualquier motivo, en cualquier contexto; o que en el Congreso de los Diputados haya partidos que no condenen la violencia terrorista de ETA”.

Para concluir, Teresa Jiménez Becerril quiso poner en valor la fuerza moral que debe mantener España, “como un país que no olvida a sus verdaderos héroes. Yo no pienso cansarme de pedirlo y defenderlo, porque quien se rinde, pierde”.