Trigésimo quinto día de Cuaresma

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Autor: Fernando Solano Vázquez

[Moriréis por vuestro pecado] En la Cuaresma la Iglesia renueva la llamada a la conversión: Revestíos del hombre nuevo. El hombre nuevo, «creado a imagen de Dios» (Efesios 4,24), nace en el Bautismo, donde se recibe la vida misma de Dios, que nos hace sus hijos y nos incorpora a Cristo y a su Iglesia. Estamos llamados a abandonar los comportamientos del pecado y fijar la mirada en lo esencial. Del corazón del hombre renovado según Dios proceden los comportamientos buenos: hablar siempre con verdad y evitar toda mentira; no robar, sino más bien compartir lo que se posee con los demás, especialmente con quien pasa necesidad; no ceder a la ira, al rencor y a la venganza, sino ser dóciles, magnánimos y dispuestos al perdón; no caer en la murmuración que arruina la buena fama de las personas, sino mirar en mayor medida el lado positivo de cada uno. Se trata de revestirnos del hombre nuevo, con estas actitudes nuevas.

Papa Francisco

 

(Evangelio 2016 en el Año de la Misericordia, José A. Martínez Puche, ed. EDIBESA)

III Concurso de Fotografía de Cuaresma