Autor:Luis Eduardo Gutiérrez Cubero
En la sinagoga de Nazaret Jesús dice que allí no se harán milagros: aquí vosotros no aceptáis al profeta porque no lo necesitáis, estáis demasiados seguros. Las personas que Jesús tenía delante estaban muy seguras e su «fe» entre comillas, muy seguras en su observancia de los mandamientos, que no necesitaban otra salvación. Los leprosos y las viudas en ese tiempo eran marginados. Mira, si tú no te sientes en zona marginal, no tendrás salvación. Esta es la humildad, la senda de la humildad: sentirse tan marginado de tener necesidad de la salvación del Señor. Sólo Él salva; no nuestra observancia de los preceptos. El mensaje de hoy, es esta tercera semana de Cuaresma: si queremos ser salvados, debemos elegir el camino de la humildad, de la humillación. María en su cántico no dice estar contenta porque Dios miró su virginidad, su bondad, su dulzura, las muchas virtudes que ella tenía, sino que exulta porque el Señor miró la humildad de su esclava, su pequeñez.
Papa Francisco
(Evangelio 2016 en el Año de la Misericordia, José A. Martínez Puche, ed. EDIBESA)