(16-02-2013).- Brillante clausura de las sextas Jornadas que organizan el centro de Sevilla de la Asociación Católica de Propagandistas, la Fundación San Pablo Andalucía CEU y la Archidiócesis. Mons. del Río propone en su ponencia un modelo de vida alternativo a la sociedad actual, dominada por el nihilismo y en la que se condiciona el disfrute de los derechos democráticos a la renuncia de Dios.
El arzobispo general castrense, mons. Juan del Río Martín, ha cerrado esta tarde de forma brillante las sesiones de trabajo de la sexta edición de las Jornadas Católicos y Vida Pública, que se han desarrollado en el salón de actos del campus CEU de Bormujos. Mons. del Río ha comenzado su alocución rindiendo un homenaje a la Iglesia hispalense, “donde crecí en la fe y ejercí el ministerio sacerdotal durante 26 años”. Recordó los años en los que dirigió el Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla (conocido por sus siglas, SARUS) y la aportación de los miembros de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) en muchas iniciativas de aquella instancia diocesana, destacando los trabajos que cristalizaron con la firma del convenio vigente entre la Universidad de Sevilla y la Archidiócesis que garantiza la presencia de la Iglesia en el seno de la Hispalense.
‘Evangelizar: el arte de vivir’ ha sido el título de su ponencia, que el propio arzobispo ha completado con el añadido “…en cristiano”. Ha iniciado su exposición haciendo un análisis del escenario social y antropológico de la nueva evangelización. Al respecto, ha calificado nuestro entorno social como “una sociedad nueva, compleja, donde priman expresiones como globalización, interculturalidad, etc”. En este contexto, se ha preguntado “¿qué espacio tiene la Iglesia?”
“Faltan líderes”
Ha sido crítico con una concepción actual del hombre como alguien autosuficiente que cree que por el hecho de estar más informado es más maduro. “Curiosamente, esta sociedad de la información está fomentando un hombre más disperso. Además –ha añadido- se apuesta por modelos de vida que no compliquen la existencia, ya que no interesa la vida ejemplar”. Ha echado en falta líderes al tiempo que ha lamentado “la desaparición de la figura del maestro, como gran referente”. A continuación ha subrayado la vigencia de corrientes de opinión que emanan de los “predicadores del ateísmo”, según los cuales “hay que silenciar o renegar de Dios para gozar de los derechos democráticos”. En su opinión, “el nihilismo se ha apoderado de la sociedad”, y esto sucede también en sectores dentro de la Iglesia, por lo que “cabría preguntarse si hay comunidades cristianas verdaderamente misioneras”.
En la segunda parte de su ponencia, el arzobispo general castrense ha afirmado que “evangelizar pertenece a la esencia del acto de fe”, y se ha preguntado en voz alta si estamos convencidos de que anunciar a Jesucristo es un bien social. “Nuestra propuesta es alternativa al nihilismo dominante”, ha subrayado.
“Si hoy estamos aquí es gracias al Vaticano II”
Ha habido varias alusiones a los magisterios de Juan Pablo II y Benedicto XVI, así como a los documentos del Concilio Vaticano II. En este sentido, mons. del Río ha afirmado que “si hoy estamos aquí es gracias al Vaticano II. Si a Juan Pablo II le tocó acabar con los muros que impedían la libertad, a Benedicto XVI le ha tocado derribar un muro invisible, de tópicos contra el hecho religioso”. Las alusiones a los pontífices no se han quedado ahí, ya que previamente a la conferencia de mons. del Río se ha emitido un reportaje producido por CEUMedia en homenaje al beato Juan XXIII, ahora que se cumplen cincuenta años de la inauguración del Concilio Vaticano II.
Ha concluido su ponencia con una recomendación, “hay que estar donde está el hombre, pero sin abandonar la parroquia”, y ha aseverado que “no hay evangelización sin coherencia de vida. Evangelizar –ha añadido- es una forma de vivir que llena de plenitud a aquel que la realiza”.
Acto cultural para finalizar las jornadas
Como viene sucediendo desde hace dos ediciones, las Jornadas han concluido con el acto institucional que ha estado precedido por un evento cultural denominado ‘La voz del silencio”. En él han intervenido el Coro del Ateneo de Sevilla dirigido por Antonio Martínez, y la Schola Gregoriana Hispalensis con Ricardo Rodríguez al frente.