SEVILLA (2021.10.18) Las aplicaciones móviles se han vuelto imprescindibles para el día a día y facilitan en gran medida gestiones cotidianas, como hacer la compra o consultar el tiempo que va a hacer.
Por ello, el Centro de Estudios Profesionales CEU cuenta con titulaciones que preparan a sus alumnos para trabajar en el desarrollo e implementación de apps, dando respuesta al creciente interés de los jóvenes por este ámbito y, a la vez, formándolos para poder optar a un puesto de trabajo en un sector en el que cada vez es más alta la empleabilidad.
Como explica el docente Abel Morillo, que imparte clases en los Ciclos Superiores en Desarrollo de Aplicaciones Web y Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, existe una nueva realidad derivada de la posibilidad de “llevar programas informáticos e Internet -que antes solo estaban en los ordenadores- en el bolsillo gracias a los smartphone y las apps que utilizamos”.
Esto implica que el usuario tiene un conjunto de herramientas listas para utilizar que le permiten hacer una multitud de cosas en cualquier ámbito de su vida: comunicarse, organizar y desarrollar su trabajo, crear su propio ocio y, por supuesto, consumir. Reconoce que “han cambiado nuestros hábitos para conocer gente, comunicarnos con los demás, trabajar, comprar, e incluso para pasar el rato. A veces su influencia está siendo positiva, ayudándonos en muchas tareas, pero en otras, también nos está haciendo más dependientes”.
En referencia a si cree que el uso de determinadas aplicaciones puede ir en detrimento de las relaciones sociales o de otros aspectos, señala tajante que “el problema no está en disponer de nueva tecnología, sino en la utilización que hagamos de ella. Y, en este sentido, es el abuso -no el uso- el que puede derivar en una cierta deshumanización. Igual que utilizar constantemente el automóvil para desplazarnos nos aleja de nuestra naturaleza diseñada para caminar de forma habitual acarreando problemas para nuestra salud, el abuso de las herramientas proporcionadas por las aplicaciones móviles puede tener sus consecuencias negativas”.
Como ejemplo, pone “las aplicaciones diseñadas para comunicarnos con los demás. Son herramientas fabulosas que pueden facilitar la comunicación en determinados contextos, como en su día pudo serlo el teléfono o el telégrafo, pero llevadas al extremo pueden provocar que la gente olvide lo que es hablar cara a cara con otra persona, incluso que se sientan incapaces de desarrollar estas habilidades comunicativas. Además, es peligroso el acceso que damos a nuestros datos con la consecuente pérdida de privacidad, y la posibilidad de caer en una adicción a redes sociales, juegos online o el vivir bajo el control invisible de las notificaciones constantes. Vivir gobernados por un teléfono siempre será perder parte de nuestra humanidad”, afirma el profesor Morillo.
Formación integral del alumno
Ante esta realidad, el Centro de Estudios Profesionales CEU apuesta por una formación integral, con la que no solo se prepara al alumno en el ámbito académico, sino también en aspectos básicos para llevar a cabo su trabajo en un futuro concibiéndolo no solo como una forma de ganarse la vida ejerciendo una profesión, sino también como un servicio a la sociedad.
A este respecto, Abel Morillo indica que “nuestros alumnos tienen acceso a la formación tecnológica necesaria para incorporarse de manera inmediata al mercado de trabajo en estos puestos que están actualmente tan demandados por las empresas de desarrollo de apps. Todos ellos reciben una formación general en programación y tecnología en el primer curso. En segundo, además, tienen asignaturas concretas que les especializan en determinados aspectos. Cabe destacar que aparte de de formarlos como futuros profesionales, se les muestra la doble cara de esta tecnología como hemos ido comentando aquí: Los beneficios del buen uso que podemos hacer de ella, y los peligros de su abuso”.