Manuel Ángel Pérez Lorente, profesor del Centro de Estudios Profesionales CEU: “Tras la pandemia, la consulta telemática ha llegado para quedarse”

El docente asegura que el gran reto ahora es discernir entre qué pacientes pueden ser atendidos por esta vía y cuáles requerirán la presencial

SEVILLA (2021.10.04) La pandemia ha supuesto un antes y un después en la vida de todo el mundo. Ahora que volvemos a una relativa normalidad, parece que las piezas van encajando de nuevo, pero muchas de ellas no volverán al lugar de antes, sino que está surgiendo una nueva realidad que requiere cambios estructurales, especialmente en determinados sectores, como es el sanitario.

Así lo explica el profesor Manuel Ángel Pérez Lorente profesor del Ciclo Superior en Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear del Centro de Estudios Profesionales CEU y enfermero, así como jefe de Bloque de la Unidad de Diagnóstico por la Imagen del H.U. Virgen del Rocío, que aborda los cambios que han experimentado las consultas de atención primaria y de determinadas especialidades por el COVID-19.

“Podemos hablar tanto de aspectos positivos como negativos -asegura-. Entre los positivos, mencionaría que se han regularizado ciertas consultas, adaptando horarios a la realidad de la asistencia prestada. Ya no hay varias personas en la sala de espera simultáneamente, se han individualizados las consultas y se establecen horarios de atención específicos. Asimismo, se han revisado protocolos y procedimientos, prestando especial atención a la posibilidad de evitar transmisión de enfermedades infectocontagiosas e implementado medidas dirigidas a tal fin con incorporación de nuevas tecnologías y fungibles. Por último, se han llevado a cabo modificaciones en las estructuras establecidas y en las de nueva creación, se han tenido en cuenta los protocolos para evitar transmisiones».

Sin embargo, también recuerda que entre las consecuencias negativas, estaría principalmente “el retraso en la atención, lo cual -dependiendo del problema de salud- ha tenido diferentes consecuencias”.

Lo cierto es que se va recuperando la normalidad poco a poco. Tal y como apunta el docente, “en atención primaria existe, a fecha de hoy, un número de consultas presenciales, en torno al 60%. Este porcentaje se irá modificando, dependiendo de la evolución de la pandemia y los datos de contagio”.

No obstante, opina que “las consultas telemáticas han venido para quedarse. En este nuevo modelo, la cuestión fundamental será que deberemos establecer criterios reales y contrastados, de pacientes y procesos que puedan seguirse por esta vía y cuáles requerirán atención personal. Para ello, será fundamental la atención primaria y sus profesionales”. Por otro lado, en referencia a las pruebas de diagnóstico biológico -analíticas y biopsias- y de diagnóstico por la imagen, asegura que “no se han visto afectadas tanto por la no presencialidad; ya que mientras las consultas médicas propiamente dichas se podían realizar de forma telemática, el paciente debía acudir a un centro a realizarse dichas pruebas”.

Eslabones fundamentales de la cadena

Si algo ha quedado claro tras la pandemia es que los profesionales sanitarios -todos los perfiles- han demostrado ser eslabones fundamentales en la cadena durante la crisis. Y, en estos momentos, queda la duda de si esa conciencia que se creó entonces en la sociedad se mantendrá o, por el contrario, se olvidará rápido. El profesor Pérez Lorente subraya que “una institución sanitaria es una de las más complejas estructuras organizacionales que existen. Los que trabajamos en ella, somos consciente de ello a diario. Resaltar igualmente el papel que han desempeñado profesionales tan dispares como ingenieros, albañiles, economistas, físicos, incluso el de los proveedores”.

Una vez hecha esta apreciación, indica que “las autoridades han realizado un gran esfuerzo dotando de recursos económicos/materiales y tomando decisiones compartidas con asesores expertos, pero creo que este flujo de dinero y de comunicación va a desaparecer. No creo que se pueda mantener. Los recursos disponibles son finitos y deberemos, entre todos -profesionales, sociedad y gobierno- intentar alcanzar mayores grados de eficacia y efectividad para asegurar el modelo de sanidad universal y gratuita -que no gratis-. Ha sido necesario contratar a más profesionales -aproximadamente 20%-, pero con contratos temporales cortos y mucha rotación de profesionales”.

Sobre cómo se plantea el futuro a nivel laboral en el sector, no se muestra muy optimista, puesto que considera que “habrá que pagar todo o parte de lo que ahora hemos gastado y esto puede implicar congelación de salarios, restricciones en contratación, aumento de horas de trabajo.  En resumen, medidas tomadas por parte de la administración en la crisis económica del 2012”.

Uso responsable de los recursos

Por otro lado, también tras la experiencia vivida, parece que la sociedad empezó a comprender la importancia del uso responsable de los recursos humanos y técnicos del sector sanitario. Sin embargo, el docente alerta de que “ese orgullo que surgió por los profesionales sanitarios tras las primeras olas de la pandemia ya empezamos a constatar que algo queda, pero poco. Vuelven los incidentes de agresiones a profesionales, no solo verbales; tenemos de nuevo urgencias casi saturadas por temas no urgentes, a ver pacientes que reclaman derechos y recursos que no proceden, etc. En mi opinión, vivimos en una sociedad muy medicalizada, tanto en el sector público como en el privado, posiblemente fruto de nuestro estado de bienestar. Pero no hemos sido capaz de transmitir que esa atención tiene un coste, que los recursos son finitos y que la contención del gasto es cuestión de todos, profesionales y usuarios”, insiste.

No obstante, señala que “el conocimiento del posible futuro no debe ser motivo para tirar la toalla y dar por perdido el sistema, sino que debe ser motor para, entre todos, analizar la situación e intentar alcanzar medidas consensuadas que se puedan implementar donde todos, como sociedad, ganemos. La forma en la que hemos abordado la pandemia, véase como el trabajo coordinado y de mutuo apoyo entre los distintos profesionales sanitarios, debemos seguir empleándola para mejorar la atención y el abordaje terapéutico de las distintas patologías existentes”.

Para concluir, hace hincapié en “la importancia que tiene en la rama sanitaria la transmisión de conocimiento no sólo en las aulas, sino en el contacto entre profesionales y alumnos en prácticas. Por ello, debemos poner todo nuestro esfuerzo en que la formación y las herramientas que como profesionales les demos sean de la mayor calidad posible, inculcando además en ellos, la necesidad de seguir creciendo profesionalmente”.

Esta última idea es uno de los pilares del Centro de Estudios Profesionales CEU, que ofrece a todos sus alumnos una formación eminentemente práctica, dándoles la oportunidad de integrarse en equipos profesionales y multidisciplinares durante su periodo de preparación, posibilitando que, al concluir, estén plenamente capacitados para incorporarse al mercado laboral con plenas garantías.