Integración Social y Discapacidad centran el último Encuentro 25º aniversario de este curso 2020/21

SEVILLA (2021.07.29) El Salón de Actos de la Fundación San Pablo Andalucía CEU acogió el último Encuentro Digital del curso 2020/21 enmarcado en las actividades conmemorativas del 25º aniversario de CEU Andalucía.

Junto a la presidenta de la Comisión del 25º aniversario, Beatriz Hoster Cabo

Moderado por el profesor del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola CEU, Diego Espinosa Jiménez, abordó el tema de la Integración Social y la Discapacidad, y en él participaron la directora pedagógica de SYC Centro, Beatriz Mariano Romero; la logopeda de SYC Centro y antigua alumna CEU, Silvia Camacho Sánchez-Campa, y la profesora del Ciclo Superior de Integración Social del Centro de Estudios Profesionales CEU, Lucía Gómez Herrero. El encuentro contó con la asistencia de un público reducido -siguiendo el protocolo de seguridad sanitaria frente al COVID-19- y pudo seguirse en directo a través del canal YouTube de CEU Andalucía.

En el marco del debate se presentó la Asociación SYC Centro y se dio a conocer cuál es su labor diaria, subrayando el trabajo que realizan con jóvenes con diversidad funcional, principalmente intelectual. A través de una intervención personalizada con cada uno de ellos, el equipo de SYC contribuye a potenciar las capacidades, habilidades y destrezas por medio de la estimulación de los procesos cognitivos básicos que intervienen en el aprendizaje, sin olvidar su desarrollo personal y social, tan necesarios para conseguir la integración real de estos jóvenes en su entorno más inmediato y, por consiguiente, en la sociedad.

Como subrayó Diego Espinosa al inicio del encuentro, “el tema que hoy nos ocupa es muy importante. Como sociedad, tenemos la obligación de estar pendientes de las personas y de lo que puedan necesitar de nosotros, así como valorar todo lo que podemos aprender de ellas. La educación debe potenciar lo mejor de cada uno”.

En primer lugar, Beatriz Mariano Romero quiso agradecer la acogida recibida por parte de CEU Andalucía y el interés mostrado por el proyecto que realizan desde la asociación. Explicó su origen y las líneas de actuación en las que basan su trabajo diario. “Ofrecemos un lugar donde estos jóvenes pueden seguir creciendo y alcanzar una integración social y laboral lo más normalizada posible. No sólo a nivel curricular sino también moral y religioso. Necesitan sentirse que forman parte real de la sociedad”, indicó. Se refirió a la labor de acompañamiento que realizan con ellos, siempre “creando el nivel de autonomía suficiente para que lleguen a lograr ese punto de conexión social”.

Silvia Camacho Sánchez-Campa valoró, en su intervención, la importancia de contar con las herramientas de comunicación adecuadas para hacer frente al día a día. “Trabajamos una doble vertiente: por un lado, en el centro nos centramos en la teoría (cómo ir al supermercado, qué necesito para hacer una receta de cocina, qué pasos tengo que seguir para coger un medio de transporte, cómo me dirijo en un establecimiento, etc.). Una vez en el exterior, extrapolamos lo que hemos estudiado a un entorno real, ayudando a estos jóvenes a ganar en confianza y en autonomía. Trabajan la herramienta del lenguaje en cada espacio concreto”. “Es fundamental -insistió- en que hagamos esta labor con naturalidad, para que ellos sean capaces de integrar esos aprendizajes en su día a día”.

Lucía Gómez Herrero presentó, como docente del Centro de Estudios Profesionales CEU, cómo se desarrolla el Ciclo Superior de Integración Social, cuál es el perfil del alumno y cómo se trabaja – en los diferentes módulos- para formar a estos futuros profesionales. “Es una profesión con una alta dosis vocacional. Gracias a las colaboraciones que realizamos con los diferentes centros y asociaciones ayudamos a los alumnos, futuros integradores sociales, a conocer la realidad de lo que se va a encontrar en la profesión”.

La segunda parte del debate planteó temas muy interesantes, entre otros, el compromiso social corporativo de las empresas. En este sentido, la directora pedagógica de SYC Centro subrayó que “la inserción es adecuada cuando hablamos de disfuncionalidad o certificado de discapacidad del 33%. A medida que el porcentaje sube, la inserción se complica. El problema es que, en muchos casos, se requiere un tutor que tutele la inserción de la persona, y esto es un coste añadido a recursos humanos que no todas las entidades están dispuestas o pueden asumir”. Referido a los problemas o dificultades principales con los que suelen encontrarse estas personas en su puesto de trabajo – añadió Beatriz- es la soledad. “Por desgracia, no conseguimos crear, en gran parte de los casos, una verdadera sociabilización de la persona en su ámbito de trabajo, con sus compañeros, porque trabajamos demasiado deprisa y no tenemos tiempo de pararnos a dialogar con ellos, o bien, porque realizan un trabajo demasiado individualizado que tampoco les permite relacionarse con su entorno más inmediato”.

Las participantes del encuentro coincidieron en señalar que “a día de hoy la diversidad funcional no se aprecia como una riqueza sino como un obstáculo, debemos seguir trabajando para cambiar esa mentalidad”. En este sentido, Lucía Gómez Herrero apuntó que “ocurre en muchos casos que la persona abandona su puesto de trabajo porque no termina de sentirse integrado. Es muy importante que demos visibilidad a la diversidad funcional para acabar con los mitos y miedos que socialmente hemos ido creando de manera inconsciente”.

Cómo se afronta la relación con otras entidades, las redes de contacto, o cuáles son los perfiles de colaboración fueron otros temas abordados en el encuentro. “A las empresas les pedimos que tengan un hueco a nivel social para que estos jóvenes tengan la posibilidad de crecer como personas y sentirse útiles, valiosos para el resto”, aseguró Beatriz Mariano Romero.

Centrados en el ámbito educativo y en el espacio del aula, las participantes compartieron su experiencia: trabajando los distintos puntos de vista tanto de contar con alumnos con diversidad funcional en el aula- en el caso de Lucía- como -en el caso de Silvia- la perspectiva del alumno ante el profesor con algún tipo de diversidad. Ambas subrayaron que “la integración tiene que trabajarse desde la etapa de educación infantil. Si los niños no perciben las diferencias, ¿por qué se las hacemos ver nosotros y, además, como algo negativo? planteó Lucía. “Les hacemos ver la limitación, no la potencialidad” argumentó Beatriz. “Tenemos que educar acostumbrando a la diversidad funcional para lograr su total integración”, concluyó Silvia.