SEVILLA (2021.05.25) Jesús Bedmar Redondo, alumni del Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola CEU, ha participado como ponente en uno de los talleres -enmarcados en la asignatura de Prácticas Docentes II- que se dirigen a los alumnos de 4º del Grado en Educación Primaria -Mención Educación Especial.
Su intervención, titulada “El de especial”, giró en torno a su trayectoria laboral como maestro de Educación Especial. Como explica Gema Blanco, docente responsable de la actividad, “hizo un repaso por los centros que había pasado, las dificultades que había experimentado en cada uno de ellos, los casos de niños que se había encontrado y las familias con las que ha trabajado, para que pudieran comprobar que se trata de una profesión con momentos muy duros pero otros muy felices”. Asimismo, hizo hincapié en que estos profesionales tienen un papel especial en los centros educativos en el trabajo con las familias de los niños NEAE (con necesidades específicas de apoyo educativo), ya que reconocía que “para muchos padres resulta muy duro la aceptación de tener un hijo con diversidad funcional y lo sobreprotegen en exceso sin permitir que desarrollen su autonomía”.
Por último, durante su ponencia, dejó claro que es fundamental “saber poner límites a los alumnos -a pesar de ser especiales-, nunca sentir pena por ellos. También es importante procurar conocer al niño al máximo, comunicarte con fluidez con él y promover y desarrollar su autonomía”.
Recuerdo agradecido
Jesús Bedmar recuerda el tiempo que estudió en Cardenal Spínola CEU con agradecimiento, “en lo personal, como institución, me ayudó en momentos difíciles en los que mi situación económica no era buena, brindándome distintas alternativas, para no abandonar los estudios. Respecto a la formación que recibí, el cuadro de profesionales que tuve a mi disposición fue espectacular, no sólo por sus conocimientos, sino por su cercanía e implicación con mi proceso de aprendizaje”.
Entre los consejos que daría a quienes están actualmente estudiando el Grado, el alumni los anima a “ser inconformistas. La educación no es una ciencia exacta, que aprendes algo y te va a servir toda la vida, sino que hay que estar en continuo movimiento, aprendiendo nuevas teorías y técnicas para poder a ayudar a los alumnos que tenemos a nuestro cargo”. Además, les recuerda que “hay que ser constante, puesto que nuestra labor no se ve de forma inmediata, sino que somos la gota que cae, constantemente, hasta que llegar a calar en nuestros alumnos. Podemos no ver el resultado o creer que no estamos haciendo ningún progreso, pero al final se consigue o, al menos, algo queda, poniendo las bases para el siguiente aprendizaje”. Por otro lado, “es importante -recalca- disfrutar de la educación, tanto de los éxitos como de los fracasos, siendo capaces de desarrollar capacidad de adaptación y autocrítica”.
Respecto a cómo ha afrontado su vuelta a las aulas en las que estudió, comenta que “me ha encantado, estaba yo más nervioso que ellos. Volver, después de tantos años, y ver reflejada mi cara en los futuros maestros, me ha llenado de satisfacción y ganas de volver a hacerlo. Cuando yo estaba ahí, no tenía ninguna experiencia y agradecía lo que me dijeran, aunque también sabía que era la práctica lo que realmente te hace ver la realidad. Mi objetivo era ponerles en contacto con el mundo real, quitarse algunos miedos y transmitirles interés por enfrentarse a nuevos retos”.
En referencia a cómo cree que los jóvenes que hoy están en las aulas se preparan para convertirse en profesionales del ámbito educativo, apunta que “están preparados para hacer frente a los retos de la educación, pero necesitan más que nunca de la experiencia que podamos aportarles. La pandemia y realizar las prácticas con miedo no ayuda, pero nuestra profesión es para gente valiente y comprometida, hay que formar el carácter y sobre todo adaptarnos a las situaciones que nos vienen”
