SEVILLA (2020.11.17) El Colegio CEU San Pablo Sevilla cuenta con un Departamento de Orientación que tiene como objetivo acompañar al alumno que lo requiera durante su proceso formativo, ayudándole a superar las dificultades que surjan por el camino y a potenciar sus capacidades. Si bien es cierto que la atención personalizada a cada estudiante es una de las señas de identidad del centro, esta acción cobra especial importancia cuando se detectan necesidades especiales -ya sean puntuales o permanentes-, puesto que será fundamental para contribuir a su detección y superación.

Así lo explica Elena Rodríguez Pérez, nueva responsable del Departamento de Orientación del Colegio CEU San Pablo Sevilla, que reconoce haberse incorporado en «un año diferente» -por las circunstancias sanitarias-, «pero para cuya preparación se ha trabajado mucho durante todo el verano, con el fin de que «la vuelta fuera tranquila para los padres y apasionante para los alumnos».
En este sentido, explica que “lo cierto es que los mayores, a veces, pensamos que los niños no van a poder con las dificultades, pero ellos nos demuestran que son muy fuertes y que saben sobreponerse con una sonrisa. Nuestros alumnos son conscientes de que nos cuidan cumpliendo normas tan sencillas como llevar la mascarilla puesta o utilizar el gel hidroalcohólico y lo hacen dando ejemplo a todos. No hay que cansarse de dar las gracias a todos por esto”.
Sobre cómo han podido sentirse aquellos que llegaban al centro por primera vez -como es su caso-, cuenta que, aunque al principio fue más complicado “porque sólo conocíamos los ojos y las mascarillas de sus nuevos compañeros, este colegio es una familia enorme en la que todos cabemos y nos hemos sentido arropados y acogidos”.
Sobre cómo gestionar la vuelta a las aulas tras el periodo de confinamiento y el verano, Elena Rodríguez subraya que “ha estado cargado de emociones, que no son ni buenas ni malas, es la gestión positiva que hacemos de ellas la que nos va a ayudar a ver con optimismo y alegría las situaciones diarias”.
Además, este año hay que ayudar a los alumnos a combatir los miedos que la pandemia ha provocado, también entre los más pequeños. “Hay quienes pueden sufrir por el miedo que les produce pensar si su papá o su mamá se puede contagiar y ponerse muy enfermo; otros se ponen nerviosos porque echan mucho de menos los abrazos y los besos de los abuelos; otros pintan, corren u otras actividades individuales, pero preferirían jugar al fútbol contra los de la otra clase. Hay muchas situaciones en las que los profesores y orientadores estamos para ayudar y solucionar. Somos un equipo muy grande y todos aportamos”.

Pasados estos primeros meses del curso 2020/2021, la responsable del Departamento de Orientación destaca que “el tiempo vuela y, aunque el inicio ha estado muy centrado en esa acogida emocional y en trabajar con más empeño en las habilidades sociales respetando el ritmo de cada alumno, ya estamos de lleno en un trimestre lleno conocimientos y retos académicos nuevos”.
Atención personalizada
Para superar esos desafíos, es fundamental la atención personalizada que ofrece el Colegio CEU San Pablo Sevilla y que “cada tutor hace realidad en su aula. Desde el Departamento, como facilitadores, asesoramos a cada maestro para que contribuya a la mejora académica de cada alumno de manera individual y que ese alumno pueda poner todas sus virtudes y capacidades diferentes al servicio del grupo”.
“Además, como mediadores entre escuela y familia, escuchamos y atendemos a todos los padres que lo solicitan, porque se encuentran ante una situación nueva, porque quieren ayudar a su hijo y necesitan consejo… Tenemos padres muy involucrados en la educación de sus hijos y eso siempre es un tesoro que cuidar”, apunta.
Para concluir, Elena Rodríguez alude a lo que más le gusta de su trabajo, que sin duda, requiere grandes dosis de vocación. “Me encanta poder servir a los demás, siento pasión por enseñar a aprender y enseñar a enseñar. Cada persona es un universo de riqueza que nos aporta experiencias y modos de ver la vida y afrontarla de la que debemos aprender. El acompañar en el proceso de aprendizaje a los alumnos y ver cómo mejoran, cómo se superan a sí mismos y cómo van construyendo su personalidad, es un viaje que merece la pena hacer con cada alumno. La originalidad y la creatividad de los adolescentes, su manera de afrontar los problemas, de enfrentarse a un mundo que cambia a tanta velocidad es también muy exigente, pero ver a todo el equipo del centro volcarse con cariño hace querer venir cada día sonriendo y feliz, eso sí, con mascarilla”.