SEVILLA (2020.10.21) Cuando el pasado mes de marzo se decretó el estado de alarma en España y comenzó el confinamiento, los planes de todo el mundo -personales y profesionales- se paralizaron.
Sin embargo, Elena Cortés Blandino -alumna del Ciclo Superior de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear del Centro de Estudios Profesionales CEU Andalucía– pudo seguir adelante con sus prácticas en Hungría, tal y como estaba estipulado. Si bien es cierto que en formato presencial duraron menos de lo previsto debido a las circunstancias, pudo completarlas con el apoyo del CEP de forma remota.
A las dos semanas de llegar a su lugar de destino, según explica, “dieron el aviso para el estado de alarma en España y yo tenía dos opciones: volverme a casa con mi familia y pasar el confinamiento con ellos, o quedarme en Hungría y ver cómo se desarrollaba todo. La situación allí era muchísimo mejor que en nuestro país, más favorable y segura. Es por eso por lo que decidí quedarme allí. Confinamiento como tal no tuvimos, se redujeron horarios en los establecimientos, se cerraron discotecas… Pero en ningún momento tuvimos que quedarnos encerrados”.
Respecto al papel del CEP en todo el proceso, la estudiante destaca que “me lo facilitaron todo muchísimo. Me dieron toda la información, me buscaron el sitio de las prácticas, el alojamiento en la residencia de estudiantes… Me fui de España con todas las dudas resueltas, tenía claro a dónde ir, por quién preguntar, números de contacto, etc. Y, cuando ya estaba allí, también se preocuparon mucho por mí, por cómo iba el desarrollo de las prácticas, si tenía algún problema intentaban solventármelo, me aconsejaron con la situación y con la pandemia… Me sentí super respaldada”.
“Una de las mejores experiencias de mi vida”
Una experiencia en el extranjero siempre marca la vida de un joven, especialmente en las circunstancias que le tocaron vivir a Elena, que aun así la define “como una de las mejores experiencias de mi vida, sin exagerar. Me tuve que quedar allí cuatro meses, uno más de lo previsto inicialmente. En cuanto a las prácticas, al principio fue complicado, ya que no todo el mundo hablaba inglés. Me costó un poco adaptarme, pero al final le coges el truco y se consigue. Uno de los jefes que había allí hablaba español perfectamente, por lo que eso me daba también mucha confianza y tranquilidad y, en general, por parte de todos los trabajadores del centro me sentí muy arropada».
Hablando de estos meses, no puede obviar lo que le ha servido para crecer también en el terreno personal. “Yo vivía en una residencia de estudiantes. Era la primera vez que pasaba tanto tiempo sola y eso me ha ayudado a madurar más, a adquirir más responsabilidades y, sobre todo, a valorar más el trabajo de una persona que tiene que trabajar/estudiar y, además, llevar todas las tareas del hogar. En la residencia convivía con personas de nacionalidades muy diferentes, la mayoría de los estudiantes eran de Turquía, Jordania, Siria, Angola, Rusia… Y eso también me ha hecho abrir los ojos y quitarme un montón de prejuicios que tenía”.
Una vez concluidas las prácticas de cualquier alumno de formación profesional, da comienzo una nueva etapa que se puede enfocar en diferentes direcciones. La elección de Elena ha sido continuar con su formación y se ha matriculado en el Grado en Medicina, “yo comencé a estudiar mi ciclo superior con el objetivo de obtener la nota para estudiar Medicina, que es lo que siempre he querido. Aunque este año hayan subido las notas de corte muchísimo, he conseguido mi meta”.
Desde el Centro de Estudios Profesionales CEU Andalucía, conscientes de que este tipo de testimonios pueden resultar muy inspiradores para los estudiantes que actualmente cursan sus titulaciones, se organizó una intervención online de Elena, dirigida a los alumnos del Ciclo Superior de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear, que suscitó un gran interés entre los asistentes.
