13 ODS: Acción por el clima

CEU Andalucía apuesta cada semana por uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible   

SEVILLA (2020.09.15). CEU Andalucía lleva adelante la iniciativa: “Los ODS, 17 objetivos – 17 semanas en CEU Andalucía”. Con ello, se ahonda en cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS, vinculados a la Agenda 2030. En esta semana se plantea el número 13 de los ODS, acción por el clima. Los ODS suponen una llamada de atención a todos para hacer posible un mundo mejor, para que se impulsen acciones e iniciativas que ayuden a mejorar la salud y el bienestar, la apuesta por una educación de calidad, el trabajo en condiciones favorables y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, el consumo responsable… Cada objetivo se irá desarrollando a lo largo de las próximas semanas.  

Junto a la finalidad y objetivos del número 13 de los ODS, para adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, se indican algunos aspectos relacionados con iniciativas de CEU Andalucía, con una comunidad educativa de más de 4.200 personas -que se suman a las más de 33.000 de CEU a nivel nacional-. También se ofrecen algunas reflexiones del Papa Francisco, así como datos y contenidos que emanan de los documentos oficiales de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenibles vinculados con la Agenda 2030.  

CEU Andalucía, una apuesta por una comunidad sostenible

Muchas son las iniciativas que ponen de relieve el interés de la Fundación San Pablo Andalucía CEU y sus centros académicos –Colegio CEU San Pablo Sevilla, Centro de Estudios Profesionales, Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola CEU e Instituto de Posgrado-, por la lucha contra el cambio climático. Así, se muestran los proyectos personales o colaborativos más significativos de algunos de los miembros de nuestra Comunidad Educativa a favor de los ODS, formada por más de 4.200 personas, entre alumnos, profesores y personal de administración y servicios. 

En este sentido, cabe destacar que el Campus CEU Andalucía ha incrementado sus medidas en favor del medio ambiente. Esta apuesta por la sostenibilidad se articula a través de su política vinculada a la implantación de los ODS y la Agenda 2030, con el fin de lograr un Campus 0 Emisiones.

La iniciativa de CEU Andalucía, puesta en marcha en el pasado mes de marzo, “ODS, 17 objetivos – 17 semanas en CEU Andalucía”, concreta el compromiso por cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS, vinculados a la Agenda 2030. Cada semana se plantea un ODS que supone la concreción de acciones e iniciativas diversas que promuevan la mejora de la salud y el bienestar, la apuesta por una educación de calidad, el trabajo en condiciones favorables y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, el consumo responsable, la sostenibilidad energética, movilidad y accesibilidad y muchos otros aspectos que completan una estrategia global de sostenibilidad de CEU Andalucía.

El Papa Francisco, una palabra de vida 

El Papa Francisco viene insistiendo desde hace tiempo que el verdadero “desafío de civilización” es el que enfrenta a la humanidad con el período post-industrial. El Papa pregunta una y otra vez, tanto a los gobiernos como a la sociedad civil si “existe una verdadera voluntad política” para destinar recursos humanos, financieros y tecnológicos para la mitigación de los efectos negativos del cambio climático.

En su mensaje a la reciente Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU 2019 insistió en que para afrontar el cambio climático, uno de los fenómenos “más graves y preocupantes que está viviendo nuestra época”, es necesario cultivar tres grandes cualidades morales: la honestidad, la responsabilidad y la valentía. En el vídeo-mensaje que se acompaña del Papa Francisco a esta cumbre nos recuerda que el Acuerdo de París de 2015 llevó a la comunidad internacional a la conciencia de la “urgencia y necesidad de dar una respuesta colectiva para colaborar en la construcción de nuestra casa común”. Y lamenta que, sin embargo, a cuatro años del histórico Acuerdo se observa cómo los compromisos contraídos por los Estados son todavía muy “flojos”, y están lejos de alcanzar los objetivos previstos.

El Santo Padre recuerda, asimismo, que “aunque la situación no es buena y el planeta sufre, todavía estamos a tiempo” y alude a un pasaje de la Laudato si’ que auspicia con fe: «Mientras la humanidad del período post-industrial quizá sea recordada como una de las más irresponsables de la historia, es de esperar que la humanidad de comienzos del siglo XXI pueda ser recordada por haber asumido con generosidad sus graves responsabilidades». Aquí afirma que “con honestidad, responsabilidad y valentía tenemos que poner nuestra inteligencia «al servicio de otro tipo de progreso más sano, más humano, más social, más integral», que sea capaz de colocar la economía al servicio de la persona humana, construir la paz y proteger el ambiente”.

Subraya Francisco que el problema del Cambio Climático está relacionado con cuestiones que tienen que ver con la ética, le equidad y la justicia social. Y esto nos obliga a pensar sobre el sentido de nuestros modelos de consumo y de producción, y en los procesos de educación y de concienciación para hacer que sean coherentes con la dignidad humana. Estamos frente a un “desafío de civilización” en favor del bien común. Y esto es claro, como también es claro que tenemos una multiplicidad de soluciones que están al alcance de todos si adoptamos a nivel personal y social un estilo de vida que encarne la honestidad, la valentía y la responsabilidad.

La acción por el clima

¿Qué objetivos se plantean para el año 2030 para combatir el cambio climático y sus efectos?

La década de 2010 a 2019 ha sido la más calurosa que se haya registrado hasta la actualidad, aumentando de forma exponencial los niveles de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero en la atmósfera. Se constata así que el cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes. Está alterando las economías nacionales y afectando a distintas vidas. Los sistemas meteorológicos están cambiando, los niveles del mar están subiendo y los fenómenos meteorológicos son cada vez más extremos.

A pesar de que se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero caigan alrededor de un 6 % en 2020 debido a las restricciones de movimiento y las recesiones económicas derivadas de la pandemia de la COVID-19, esta mejora es solo temporal. El cambio climático parece que no se va a detener. Una vez que la economía mundial comience a recuperarse de la pandemia, se espera que las emisiones vuelvan e, incluso, se incrementen. Por ello es necesario seguir impulsando medidas urgentes para abordar tanto la pandemia, como la emergencia climática, con el fin de salvar vidas y medios de subsistencia.

El Acuerdo de París, aprobado en 2015, aspira a reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento global de la temperatura durante este siglo muy por debajo de 2 grados Celsius con respecto a los niveles preindustriales. El acuerdo también aspira a reforzar la capacidad de los países para lidiar con los efectos del cambio climático mediante flujos financieros apropiados, un nuevo marco tecnológico y un marco de desarrollo de la capacidad mejorado.

Como respuesta al COVID-19, los países al reconstruir sus economías y sociedades deberán poner el acento en la transición verde, acelerando la descarbonización de todos los aspectos de sus economías; los empleos verdes y el crecimiento sostenible e inclusivo; la economía verde, haciendo que las sociedades y los pueblos sean más resilientes mediante una transición justa para todos y que no deje a nadie atrás; invertir en soluciones sostenibles, para ello, los subsidios a los combustibles fósiles deben desaparecer y los que contaminan deben pagar por ello; afrontar todos los riesgos climáticos y potenciar la cooperación, ningún país puede triunfar por sí solo.

En abril de 2018, 175 Partes habían ratificado el Acuerdo de París y 168 Partes habían comunicado sus primeras contribuciones determinadas a nivel nacional a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre la Secretaría del Cambio Climático. A partir de abril de 2018, 10 países en desarrollo completaron y presentaron con éxito la primera versión de sus planes nacionales de adaptación para responder al cambio climático. Los países desarrollados continúan avanzando hacia el objetivo de movilizar conjuntamente 100 mil millones de dólares anuales para el 2020 para acciones de mitigación que, debido a la pandemia, no se han implementado.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático mantiene que entre 1880 y 2012, la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados centígrados. Esto quiere decir que por cada grado que aumenta la temperatura, la producción de cereales se reduce un 5% aproximadamente. Se ha producido una disminución significativa en la producción de maíz, trigo y otros cultivos importantes.  Los océanos se han calentado, la cantidad de nieve y de hielo ha disminuido y ha subido el nivel del mar. Entre 1901 y 2010, el nivel medio del mar aumentó 19 cm, pues los océanos se expandieron debido al calentamiento y al deshielo. Por ello, dada la actual concentración y las continuas emisiones de gases de efecto invernadero es probable que, a finales de siglo, el incremento de la temperatura mundial supere los 1,5 grados centígrados en comparación con el período comprendido entre 1850 y 1900. Mientras tanto, a pesar de tantas acciones desplegadas, las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) han aumentado casi un 50% desde 1990.

Los expertos internacionales indican que, si se adopta una amplia gama de medidas tecnológicas y cambios en el comportamiento, aún es posible limitar el aumento de la temperatura media mundial a 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Queda tarea, gracias a los grandes cambios institucionales y tecnológicos se dispondrá de una oportunidad mayor que nunca para que el calentamiento del planeta no supere este umbral.

Metas para 2030

Entre las metas principales está el fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países, incorporando medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales.

Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana es otra de las metas a alcanzar. Junto a todo ello, es fundamental el cumplimiento del compromiso de los países desarrollados -que son parte en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático- de lograr para el año 2020 el objetivo de movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares anuales procedentes de todas las fuentes, a fin de atender las necesidades de los países en desarrollo respecto de la adopción de medidas concretas de mitigación y la transparencia de su aplicación; así como poner en pleno funcionamiento el Fondo Verde para el Clima capitalizándolo lo antes posible a pesar de la pandemia.

Habrá que promover también mecanismos para aumentar la capacidad para la planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, haciendo particular hincapié en las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas.

Con estas iniciativas y propuestas trabajadas transversalmente, la Fundación San Pablo CEU Andalucía se convierte en una institución sostenible que contribuye a conseguir los objetivos de la Agenda 2030 con su apuesta por una comunidad CEU más respetuosa con el medio ambiente y al servicio del hombre y de toda la sociedad.