Manuel Castañé Moya, profesor del CEP CEU Andalucía: “Los sanitarios han sacado lo mejor de sí mismos para dar lo máximo durante la pandemia”

SEVILLA (2020.07.02) La vuelta a la “nueva normalidad” –como se ha denominado la etapa en la que nos encontramos- no impide que sigamos resaltando la gran labor realizada por los profesionales sanitarios. Personas que han estado en primera línea, atendiendo a pacientes, acompañándoles durante su enfermedad y paliando los efectos de un virus que ha cambiado nuestras vidas.  

Desde mediados de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, los centros académicos de CEU Andalucía comenzaron a impartir las clases online y, tanto profesores como alumnos, permanecieron en casa, siguiendo las normas establecidas. Sin embargo, hay algunos docentes que compatibilizan su función en las aulas con otras facetas profesionales y, en el caso de los sanitarios, estuvieron al pie del cañón desde el principio. 

Es el caso de Manuel Castañé Moya que, además de ser coordinador de la Formación en Centros de Trabajo del Ciclo Superior de Imagen para el Diagnóstico y Medicina Nuclear, es técnico especialista en Radiodiagnóstico en el Servicio de Radiología del Hospital Universitario Virgen del Rocío (HUVR). 

Reconoce que, “al principio, cuando llegaron las primeras noticias de lo que estaba sucediendo en China me impresioné, no pensaba que pudiera pasar en Europa. Pero cuando llegó a Italia, toda persona relacionada con la sanidad sabía que sería cuestión días el estar en una situación similar en nuestro país. Conocíamos a algún colega de profesión -en los distintos estamentos- que estaba viviendo la situación en Madrid y no dábamos crédito a lo que estaba pasando”. 

Cuando el coronavirus llegó a Sevilla, “el miedo a contagiarse de algo que en aquellos días aún era muy desconocido fue el pensamiento común de todos los sanitarios. Y en el ámbito personal, sufrimos las consecuencias morales de poder transmitir la enfermedad al resto de tu familia. Estábamos expuestos en esa primera línea de contención, en nuestro caso la atención al paciente era momentánea -una radiografía de tórax, una tomografía computerizada TC, o bien ya en ingreso una radiografía portátil de tórax-, pero el miedo estaba ahí”. 

«Días muy desconcertantes»

Recuerda aquellos primeros días “muy desconcertantes. Todavía no se había ejecutado un protocolo certero para el coronavirus y el tema de los test generó más inseguridad aún. También el tema de los EPIS provocó mucha confusión. Llegaba uno a su casa exhausto del trabajo con tanta tensión”. No obstante, pasados esos primeros momentos, comenta que “afortunadamente, el HUVR – a pesar de todas sus dificultades, a todos los niveles- supo gestionar la crisis de una forma coherente y adaptó a lo que se disponía en esas semanas”.  

“Creo que cada persona relacionada con la sanidad, sacó lo mejor de su profesión y su calidad humana para adaptarse y conseguir dar lo máximo en una situación tan excepcional y desagradable. Fruto de ello, la primera “batalla” la hemos contenido, no sin un precio injustificable. Demasiadas personas han sufrido con su vida, tanto pacientes como personal sanitario, y creo que sanitariamente habrá que reflexionar si se pudo o se debería haber provisto de más infraestructura”, señala. 

Respecto a cómo ha afectado esta situación a enfermos crónicos o con otras dolencias, el docente explica que, en relación al servicio que le compete de Radiología en su hospital, “los enfermos con patologías severas no se han visto afectados en sus citas para el control o diagnóstico. Sí es verdad que las citas de otras dolencias más leves han quedado pospuestas. Aunque, actualmente, se está haciendo un esfuerzo para agilizar todos estos procedimientos y, poco a poco, se está llegando a tiempos de espera de antes del estado de alarma”. 

«No hay que bajar la guardia»

En este sentido, remarca que “a fecha de hoy se están optimizando los protocolos y procedimientos del COVID, afortunadamente a mejor. Científicamente también ayuda que cada vez se tenga más evidencia de la enfermedad y se pueda contener mejor. No por ello hay que bajar la guardia y dejar de mejorar todos los circuitos sanitarios, porque el repunte está amenazando. No es solo tarea de los responsables de la Administración Sanitaria, también está en cada uno de nosotros mantener las distancias y la higiene sanitaria. 

Sobre cómo ha transmitido su experiencia durante este tiempo a sus alumnos, indica que “como no se han podido realizar las prácticas de forma presencial en las empresas, el equipo docente ha hecho un sobreesfuerzo para acercar lo más posible estas actividades al alumnado. Se ha desarrollado un considerable número de talleres, casos clínicos, recreaciones, simulaciones y tareas con el fin de que el alumno se sienta partícipe y pueda aproximarse lo más posible a las prácticas”.  

Imagen de archivo

Por otro lado, destaca que, “como futuros sanitarios, han percibido la labor tan excepcional y fundamental para la sociedad de esta preciada profesión sanitaria, cada uno en su cometido. En este caso, de técnico de Imagen para el diagnóstico y Medicina Nuclear, fundamental en esta situación, ya que a cada paciente sospechoso de COVID-19 se le realizan pruebas de imagen radiológica, siendo de vital importancia para saber la evolución de la enfermedad”. 

Para concluir, quiere recordar que la profesión sanitaria es vocacional, muy humanitaria y conlleva auxiliar y ayudar al paciente. En lo estrictamente profesional, cabe destacar la importancia de una excelente formación académica para poder desempeñar la profesión de forma adecuada. Fruto de ello es lo que se intenta trasmitir y conseguir desde CEU Andalucía en la preparación de nuestros alumnos, llegando a la excelencia en la técnica y la calidad como persona para realizar esta labor”.