CEU Andalucía apuesta cada semana por uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible
SEVILLA (2020.06.16). CEU Andalucía lleva adelante la iniciativa: “Los ODS, 17 objetivos – 17 semanas en CEU Andalucía”. Con ello, se ahonda en cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS, vinculados a la Agenda 2030. En esta semana se plantea el décimo de los ODS, reducción de desigualdades. Los ODS suponen una llamada de atención a todos para hacer posible un mundo mejor, para que se impulsen acciones e iniciativas que ayuden a mejorar la salud y el bienestar, la apuesta por una educación de calidad, el trabajo en condiciones favorables y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, el consumo responsable… Cada objetivo se irá desarrollando a lo largo de las próximas semanas.
Junto con la finalidad y objetivos del número 10 de los ODS, dedicado a reducir la desigualdad en y entre los países, se indican algunos aspectos relacionados con iniciativas de CEU Andalucía, con una comunidad educativa de más de 4.200 personas que se suman a las más de 33.000 de CEU a nivel nacional. También se ofrecen algunas reflexiones del Papa Francisco, así como datos y contenidos que emanan de los documentos oficiales de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenibles vinculados con la Agenda 2030.
CEU Andalucía, una apuesta por reducción de las desigualdades
La Fundación San Pablo Andalucía CEU contribuye a reducir la desigualdad a través de la educación en todos sus centros y de iniciativas llevadas a cabo en colaboración con el Servicio de Voluntariado y Acción Social, desde donde se impulsa un proyecto que crece y se consolida. En los últimos años se ha atendido a 9.000 menores en riesgo de exclusión social, gracias al apoyo a la educación y al compromiso de 1.500 voluntarios, todo ello articulado a través de la Red de Apoyo a la Educación.
Para los voluntarios, sin duda, es una oportunidad y contribuye a su capacitación profesional, realizando un servicio a favor de los demás. Están implicados en organizaciones como Andex, Asociación Aliento en El Vacie, el Colegio Corpus Christi, el proyecto Maparra y el proyecto Paxis Inclusión, así como, con otras instituciones dedicadas ayudar a salir de la pobreza de forma integral.
También a nivel internacional se colabora con la Archidiócesis de Ayacucho en Perú, en diversos proyectos de voluntariado y cooperación internacional. La iniciativa se inicia en el presente curso 2019-2020, articulada a través de la Red de Apoyo a la Educación de CEU Andalucía, con un alto interés social vinculado a nuestra historia común y tradiciones.
En una primera fase se llevarán a cabo una serie de acciones de voluntariado temporal, con estancias de alumnos y profesores de CEU Andalucía – en concreto del Centro de Estudios Profesionales y del Cardenal Spínola CEU-. Asimismo, se diseñarán acciones de formación de educadores y capacitación de profesores, tanto en modalidad presencial como online.
Igualmente se ha iniciado también un proyecto de apoyo económico para la realización de mejoras materiales (en el ámbito escolar, libros, ordenadores, mobiliario…) y obras (instalación de cubierta de instalaciones…) en aulas de un colegio diocesano de Ayacucho. Esta iniciativa, que tendrá continuidad en años sucesivos, se presta a la colaboración de toda la Comunidad Educativa de CEU Andalucía -profesores de los Centros CEU, alumnos y padres del colegio – AMPA- para iniciar la mejora dotacional de este colegio de Ayacucho.
Por otro lado, desde hace más de 40 años CEU Andalucía colabora con la Campaña contra el Hambre de Manos Unidas. Manos Unidas es la ONG de desarrollo de la Iglesia Católica y de voluntarios que trabaja para apoyar a los pueblos del Sur en su desarrollo, así como para lograr la sensibilización de la población española. Desde hace ocho años, el Colegio CEU San Pablo Sevilla viene colaborando económicamente, aportando recursos para sus proyectos. También otros centros de CEU Andalucía, como Cardenal Spínola, contribuye a esta causa.
Esta institución, con sus proyectos, lucha contra el hambre y promueve el desarrollo humano integral de todas las personas. En este 2020 plantea Manos Unidas que es el momento de luchar por un planeta sostenible y contra la pobreza y el cuidado del medio ambiente, nuestra «casa común».
El Papa Francisco, una palabra de vida
El Papa Francisco en su mensaje de la Jornada Mundial por la Paz 2020, el 1 de enero, insistió la necesidad de la reducción de las desigualdades. Planteó el Pontífice que «la brecha entre los miembros de una sociedad, el aumento de las desigualdades sociales y la negativa a utilizar las herramientas para el desarrollo humano integral ponen en peligro la búsqueda del bien común». Subrayó, asimismo, que «la guerra se nutre de la perversión de las relaciones, de las ambiciones hegemónicas, de los abusos de poder, del miedo al otro y la diferencia vista como un obstáculo; y al mismo tiempo alimenta todo esto». El Papa Francisco manifiesta así una clara posición contra las injusticias sociales en todo el mundo.
«Nunca habrá una paz verdadera a menos que seamos capaces de construir un sistema económico más justo», reiteró Francisco. «Necesitamos una conversión ecológica», señaló el papa, que condenó «la falta de respeto por la casa común, la explotación abusiva de los recursos naturales, vistos como herramientas útiles únicamente para el beneficio inmediato, sin respeto por las comunidades locales, por el bien común y por la naturaleza».
Por otro lado, el Papa Francisco afirmó el 6 junio de 2019 que «no hay democracia con hambre, ni desarrollo con pobreza, ni justicia en la inequidad», en el marco de un congreso celebrado en la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales sobre el papel de la Justicia en la defensa de los derechos sociales. «Un sistema político-económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea sólo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad y una opción preferencial por los pobres», argumentó el Papa.
Francisco hace así un llamamiento para que los países trabajen en favor de la igualdad y minimicen cada vez más la «exclusión y segregación, de modo que la inequidad no tenga la última palabra». Criticó los «vacíos legales, tanto de una legislación adecuada como de la accesibilidad y el cumplimiento de la misma». Dijo que «ponen en marcha círculos viciosos que privan a las personas y a las familias de las necesarias garantías para su desarrollo y bienestar y generan una corrupción cuyas consecuencias acaban sufriendo principalmente los pobres».
Reducción de desigualdades
¿Qué objetivos se plantean para el año 2030 para reducir las desigualdades?
En los últimos años se constata que la comunidad internacional ha logrado grandes avances para reducir las desigualdades sociales y sacar a muchas personas de la pobreza. Las naciones más vulnerables —los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo— continúan avanzando en el ámbito de la reducción de la pobreza. Sin embargo, siguen existiendo desigualdades y grandes disparidades en el acceso a los servicios sanitarios y educativos y a otros bienes productivos.
Un dato de interés, la desigualdad de los ingresos entre países se ha reducido al mismo ritmo que ha crecido en los propios países. Sin duda, el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza si este no es inclusivo, ni tiene en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Afortunadamente, la desigualdad de ingresos se ha reducido tanto entre países, como dentro de ellos. En la actualidad, el ingreso per cápita de 60 de los 94 países de los que se tienen datos ha aumentado más rápidamente que el promedio nacional.
Con el fin de reducir la desigualdad, se ha recomendado la aplicación de políticas universales que presten también especial atención a las necesidades de las poblaciones desfavorecidas y marginadas. Para ello, es necesario que haya un aumento en el trato libre de aranceles y que se continúen favoreciendo las exportaciones de los países en desarrollo, además de aumentar la participación del voto de los países en desarrollo dentro del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En los países en desarrollo, los niños en el 20% más pobre de la población tienen hasta tres veces más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años, que los niños que disponen de más recursos. La protección social se ha extendido significativamente en todo el mundo. Sin embargo, las personas con discapacidad tienen hasta cinco veces más probabilidades de enfrentarse a gastos de salud imposibles de asumir.
A pesar de la disminución general de la mortalidad materna, en la mayoría de los países en desarrollo las mujeres de las zonas rurales tienen hasta tres veces más probabilidades de morir durante el parto, que las mujeres que viven en centros urbanos. Hasta el 30% de la desigualdad de ingresos se debe a la desigualdad dentro de los propios hogares, incluso entre mujeres y hombres. Además, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de vivir por debajo del 50% del ingreso medio.
Metas para 2030
El objetivo hasta el 2030 es lograr progresivamente el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional, manteniendo, potenciando y promoviendo la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.
Es necesario también garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto. Para ello, será necesario, adoptar políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y lograr progresivamente una mayor igualdad.
Otro objetivo importante sería, el asegurar una mayor representación e intervención de los países en desarrollo en las decisiones adoptadas por las instituciones económicas y financieras internacionales para aumentar la eficacia, fiabilidad, rendición de cuentas y legitimidad de esas instituciones; junto al hecho de facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas.
Con estas iniciativas y propuestas trabajadas trasversalmente, la Fundación San Pablo CEU Andalucía se convierte en una institución sostenible que contribuye a conseguir los objetivos de la Agenda 2030 con su apuesta por una comunidad CEU más respetuosa con el medio ambiente y al servicio del hombre y de toda la sociedad.