CEU Andalucía apuesta cada semana por uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible
SEVILLA (2020.05.26). CEU Andalucía lleva adelante la iniciativa: “Los ODS, 17 objetivos – 17 semanas en CEU Andalucía”. Con ello, se ahonda en cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS, vinculados a la Agenda 2030. En esta semana se plantea el séptimo de los ODS, Energía asequible y no contaminante. Los ODS suponen una llamada de atención a todos para hacer posible un mundo mejor, para que se impulsen acciones e iniciativas que ayuden a mejorar la salud y el bienestar, la apuesta por una educación de calidad, el trabajo en condiciones favorables y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, el consumo responsable… Cada objetivo se irá desarrollando a lo largo de las próximas semanas.
Junto con la finalidad y objetivos del número 7 de los ODS, dedicado a garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, se indican algunos aspectos relacionados con iniciativas de CEU Andalucía, con una comunidad educativa de más de 4.200 personas, que se suman a las más de 33.000 de CEU a nivel nacional. También se ofrecen algunas reflexiones del Papa Francisco, así como datos y contenidos que emanan de los documentos oficiales de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenibles vinculados con la Agenda 2030.
CEU Andalucía una apuesta por las energías renovables y el autoconsumo energético
El Campus CEU Andalucía, a través sus políticas de sostenibilidad, ha incrementado sus medidas de reducción del consumo energético y ha impulsado el autoconsumo energético a través de energía fotovoltaica. Esta apuesta por la sostenibilidad se articula a través de su política vinculada a la implantación de los ODS y la Agenda 2030, con el fin de lograr un Campus 0 Emisiones. Como objetivos de Smart Campus, impulsa la eficiencia energética -reduciendo el consumo de energía convencional-, la innovación tecnológica -a través del uso de energías renovables- y la sostenibilidad -reduciendo las emisiones de CO2 a la atmósfera-.
Las instalaciones fotovoltaicas dedicadas a autoconsumo en el Campus CEU Andalucía evitan en sus emisiones a la atmósfera un total de 6,5 toneladas de CO2, lo que supondría la retirada de funcionamiento de 650 vehículos medios de gasolina durante los próximos veinticinco años. Asimismo, la instalación genera una producción eléctrica verde del 90,79% de la energía diurna consumida en el Campus.
La Fundación San Pablo CEU Andalucía reafirma su compromiso con la innovación tecnológica, con la instalación de paneles solares fotovoltaicos de 445 kWp. Los paneles solares están instalados en las cubiertas del edificio central del Campus y en las del Colegio. Esta medida sostenible supone 76.230 € de ahorros anuales – amortizándose en seis años- y se enmarca dentro del conjunto de acciones que se están ejecutando para convertir el Campus de CEU Andalucía en un Campus 0 Emisiones. La producción anual prevista es de 708 MWh.
Además, la instalación esta monitorizada, lo que permitirá controlar la generación y el consumo energético que se produzca. También se han cambiado las luminarias existentes en el Campus por un sistema de alta eficiencia energética LED, en el edificio Central del Campus, en los pabellones deportivos y en la luminaria exterior, que se completa con sensores de movimiento en zonas de poco uso.
El Campus CEU Andalucía, con 40 hectáreas de extensión, cuenta actualmente con 35.000 m² construidos que, con las obras previstas, alcanzarán más de 70.000 m² en los próximos dos años.
El edificio central que alberga los Servicios Generales, el Centro de Estudios Universitarios Cardenal Spínola, el Instituto de Oposiciones, el Instituto de Idiomas, gran parte del Centro de Estudios Profesionales y del Instituto de Posgrado; el Colegio CEU San Pablo Sevilla y sus instalaciones deportivas conforman un moderno campus en el que se han ido implantando -de forma progresiva- medidas que lo sitúan a la vanguardia de la eficiencia y el respeto medioambiental –Smart Campus-.
Con estas iniciativas, la Fundación San Pablo CEU Andalucía obtendrá el Sello ECO20, que la acredita como empresa sostenible y contribuye a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto los números 7 (Energía asequible y no contaminante) y 11 (Ciudades y comunidades sostenibles), con su apuesta por una comunidad CEU más respetuosa con el medio ambiente.
El Papa Francisco, una palabra de vida
El Papa Francisco, en diversas ocasiones -sobre todo desde la publicación de su encíclica Laudato Si-, ha subrayado la importancia del uso de energías limpias y del acceso a toda la población mundial a estas. En junio de 2018, ante un Simposio celebrado en Roma para los directivos de las principales empresas del sector petrolífero, del gas natural y de otras actividades empresariales relacionadas con la energía, volvió a manifestar que hay que desarrollar políticas de producción de energías limpias que permitan el acceso seguro a toda la población del planeta, para evitar así situaciones de inseguridad energética y de deterioro medioambiental.
Sobre el reto de garantizar la energía necesaria para todos, abogó por «métodos de explotación de los recursos que eviten producir desequilibrios ambientales que provoquen un proceso de degradación y contaminación que causaría un daño profundo a toda la humanidad de hoy y de mañana»; insistiendo en que «hemos recibido del Creador una casa-jardín, no la convirtamos en un lugar salvaje».
Señaló también que la calidad del aire, el nivel de los mares, la consistencia de las reservas de agua dulce, el clima y el equilibrio de ecosistemas delicados, no pueden «verse afectados por las formas con que los seres humanos colman su ‘sed’ de energía, desgraciadamente, con grandes desigualdades».
El Papa lamenta que todavía hay personas «que no tienen acceso a la electricidad», en un contexto en el que «muchos de los ámbitos de nuestras vidas están condicionados por la energía», subraya que es una falsedad argumentar que existe «una cantidad ilimitada de energía y de recursos utilizables» cuya manipulación y explotación carecerían de consecuencias.
Para él, es clave ver cómo se están gestionando los recursos energéticos del planeta, puesto que de ello «dependerá la calidad de vida y que los conflictos presentes en diferentes áreas del planeta encuentren una solución más fácil o que, debido a los profundos desequilibrios ambientales y a la escasez de energía, hallen un nuevo combustible para alimentarse, quemando la estabilidad social y vidas humanas». Además, defiende que «la necesidad de ocupar espacios para las actividades humanas no se puede realizar de una manera que ponga seriamente en peligro la existencia de la nuestra y de otras especies de seres vivos en la Tierra».
«Es necesario identificar una estrategia global a largo plazo que ofrezca seguridad energética y favorezca de ese modo la estabilidad económica, proteja la salud y el ambiente y promueva el desarrollo humano integral, estableciendo compromisos claros para abordar el problema del cambio climático», subrayó. Para ello, pide a todos que asumamos un compromiso serio para avanzar «hacia una transición que aumente constantemente el uso de energías de alta eficiencia y bajo nivel de contaminación«. «Si queremos eliminar la pobreza y el hambre, tal como requieren los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, los más de mil millones de personas que hoy no disponen de electricidad, deben tenerla de manera accesible», insistió el Papa.
También ha lamentado que la «fe absoluta en los mercados y la tecnología» ha llevado a muchos a creer que «los cambios en los sistemas económicos o tecnológicos serán suficientes para remediar los actuales desequilibrios ecológicos y sociales». No obstante, ha indicado que «la demanda de un crecimiento económico continuo ha llevado aparejadas graves consecuencias ecológicas y sociales» dado que el sistema económico actual «prospera cada vez más debido al aumento de las extracciones, al consumo y al despilfarro».
El Vaticano da ejemplo y posee una instalación fotovoltaica para generar electricidad sin combustibles fósiles. Los paneles están instalados sobre el techo del aula Pablo VI. La estructura de paneles solares emplazada en el Vaticano, a pocos metros de la Plaza de San Pedro, se compone de 2400 módulos fotovoltaicos, transformando la energía solar en electricidad, cubriendo las necesidades del Aula Pablo VI y de otros edificios del pequeño Estado del Vaticano. DE esta forma, se evitan 225.000 kilogramos de dióxido de carbono, equivalentes a las 80 toneladas de petróleo anuales que se quemarían para producir los 300 megawatios anuales que se obtendrán a través de esta planta fotovoltáica.
Energía asequible y no contaminante
¿Qué objetivos se plantean para el año 2030 para conseguir energía asequible y no contaminante?
La energía es clave para el mundo actual y esencial para el futuro, por ello es fundamental que todos los habitantes del planeta puedan tener acceso a la que necesiten para mejorar sus vidas y llevarlas adelante.
Este objetivo hay que alcanzarlo, ya que afecta directamente a la consecución de otros objetivos de desarrollo sostenible. Es vital apoyar nuevas iniciativas económicas y laborales que aseguren el acceso universal a los servicios de energía modernos, mejoren el rendimiento energético y aumenten el uso de fuentes renovables para crear comunidades más sostenibles e inclusivas y para la resiliencia ante problemas ambientales como el cambio climático.
Según la información disponible vinculada con este 7º ODS, el acceso a tecnologías y combustibles menos contaminantes para cocinar aumentó al 57,4% en 2014, poco más que el 56,5% registrado en 2012. Así, más de 3000 millones de personas, la mayoría de Asia y África Subsahariana, todavía cocinan con combustibles muy contaminantes y tecnologías poco eficientes. No obstante, en la última década la situación ha mejorado respecto a la proporción de energías renovables vinculadas al consumo final de energía gracias al uso de fuentes de energía como la hidroeléctrica, la solar y la eólica, y la proporción de energía utilizada por unidad de PIB también está disminuyendo.
Pero, necesitamos avanzar más para conseguir que las energías sostenibles aumenten en sectores como la calefacción y el transporte. Asimismo, son necesarias las inversiones públicas y privadas en energía; así como mayores niveles de financiación y políticas con compromisos más audaces, además de la buena disposición de los países para adoptar nuevas tecnologías en una escala mucho más amplia.
Es interesante subrayar que el 13% de la población mundial aún no tiene acceso a servicios modernos de electricidad y que 3000 millones de personas dependen de la madera, el carbón, el carbón vegetal o los desechos de origen animal para cocinar y calentar la comida.
La energía es el factor que contribuye principalmente al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La contaminación del aire en locales cerrados debido al uso de combustibles para la energía doméstica causó 4,3 millones de muertes en 2012. En 2015, el 17,5% del consumo final de energía fue de energías renovables.
Metas para 2030
Los objetivos al 2030 desean garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos para todos los habitantes de la tierra. Aumentando considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas, duplicando la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética
Para todo ello, habrá que aumentar la cooperación internacional con el objetivo de facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a la energía limpia, incluidas las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles, y promover la inversión en infraestructuras energéticas y tecnologías limpias. También habrá que ampliar las infraestructuras y mejorar la tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles para todos en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin litoral, en consonancia con sus respectivos programas de apoyo.
Con estas iniciativas y propuestas trabajadas trasversalmente, la Fundación San Pablo CEU Andalucía se convierte en una institución sostenible que contribuye a conseguir los objetivos de la Agenda 2030 con su apuesta por una comunidad CEU más respetuosa con el medio ambiente y al servicio del hombre y de toda la sociedad.