Sábado Santo

sabadosantoHermandad de la Soledad de San Lorenzo

Cuando llegó la «hora» de Jesús, esto es, la hora de la pasión, la fe de María fue entonces la lamparilla encendida en la noche, esa lamparilla en plena noche. María veló durante la noche del sábado santo. Su llama, pequeña pero clara, estuvo encendida hasta el alba de la Resurrección: y cuando le llegó la noticia de que el Sepulcro estaba vacío, su corazón quedó henchido de la alegría de la fe, la fe cristiana en la muerte y resurección de Jesucristo. Porque la fe siempre nos lleva a la alegría, y ella es la Madre de la alegría (12-10-2013)

Papa Francisco

(El Evangelio de 2018 con el Papa Francisco, José A. Martínez Puche, ed. EDIBESA)