Décimo sexto día de Cuaresma

37cuaresma

Autor: Juan Manuel Sánchez

Los mundanos están solos con su egoísmo, el corazón enfermo, tan apegado a este modo de vivir mundano que difícilmente podía sanar. Mientras que el pobre tenía un nombre, Lázaro, el rico no tenía nombre, porque los mundanos pierden el nombre. Son solo uno más de la masa acomodada que no necesita nada. También nosotros, si tenemos el corazón mundano, hemos perdido el nombre. Pero no somos huérfanos. Hasta el final, hasta el último momento, existe la seguridad de que tenemos un Padre que nos espera (S.M. 5-3-2015)

Papa Francisco

(El Evangelio de 2017 con el Papa Francisco, José A. Martínez Puche, ed. EDIBESA)